El Burning Man Festival es uno de los festivales en el que los millonarios aterrizan en aviones privados, construyen campamentos con aire acondicionado y contratan asistentes para que les sirvan durante la semana. Este festival de arte, que se organiza desde 1986 en el fin de semana previo al Labor Day, irónicamente terminó en tragedia después de que un hombre se lanzara a la estatua que tradicionalmente se quema al término de su penúltimo día, es decir el sábado.
Después de las presentaciones musicales, el evento que se celebra cada año en el desierto de Reno en Nevada, Estados Unidos, quemó una gran estatua de un hombre, a la cual uno de los asistentes llamado Aaron Joel Mitchel se lanzó tras saltar dos cordones de seguridad que protegían la zona.
Aunque los guardias de seguridad intentaron expulsarlo, varias estructuras de la estatua que estaban en llamas cayeron sobre Aaron y finalmente lo terminaron por quemar. Para sacarlo, los equipos de emergencias tuvieron que esperar a que la estructura cayera al suelo totalmente. Posteriormente, cuando se trasladó hasta el UC David Medical Center de Sacramento, California, los doctores lo declararon muerto en la mañana del domingo.
Hasta el momento, se sabe que Mitchel no estaba bajo la influencia del alcohol, sin embargo todavía faltan los resultados del análisis toxicológico.
Por su parte la organización de Burning Man dijo lo siguiente a través de un comunicado de prensa: “La familia del fallecido ha sido avisada. El festival está trabajando con los agentes locales y federales y la investigación está actualmente en marcha”.
Hasta ahora, Burning Man Festival se ha convertido en una celebración hedonista donde todo está permitido; donde los coches-barco, las lecturas psicodélicas y el arte del sadomasoquismo están a la orden del día, así como la asistencia de millonarios como Bob Pittman, creador de MTV, Larry Page y Sergey Brin de Google, y Elon Musk de Tesla.