Cincuenta años han pasado desde que King Crimson lanzó su álbum debut titulado In The Court of the Crimson King. Celebration es el nombre de la gira con la cual, precisamente, celebran tal acontecimiento (mismo que marca el inicio de la banda) y que trae de nueva cuenta al legendario combo liderado por Robert Fripp a nuestro país para ofrecer varias fechas. La noche del 23 de agosto fue la primera en el Teatro Metropólitan (también andarán por Guadalajara).

Diez fechas de King Crimson en menos de dos años. Nada mal, ¿no? Seguro hay quienes asistirán a todas y sabrán notar los pequeños detalles. Esas diferencias que hacen especial cada presentación pese a que la banda no ha hecho grandes cambios entre lo que presentaron para el “Radical Action Tour” de 2017 y lo que traen ahora.

Laberintos auditivos con King Crimson en el Teatro Metropólitan

Al igual que en los shows de 2017, “Lark’s Tongue in Aspic” marcó el inicio puntual de la presentación de ayer. Raro, pero cuando los sietes músicos salieron a escena, notablemente había muchos lugares vacíos. Mismos “gags” de Mel Collins: coqueteando con el himno nacional en su solo de flauta y haciendo gritar al público “¡tequila!” al aventarse un cachito de la rola de “The Champ”s… y también diciendo “¡Me gusta!” al final de “Indiscipline”. Pero ya nos estamos adelantando, eso sucedió más tarde.

En realidad, sí hubo cambios. La legendaria cuasi orquesta esta vez prescindió de Bill Rieflin en las percusiones y quizás eso impactó en la energía que se mostró en el escenario. No sé, pero lo de ayer se sintió extraño. No mal entiendan, King Crimson sigue espectacular. Sin necesidad de visuales, la sola presencia del combo es un imán que hace que el público (la mayoría) no pueda despegar ojos y oídos de lo que sucede en el escenario… peeeeero, esta vez algún engrane no estuvo bien ajustado (o las expectativas eran muy altas).

Luego del laberíntico inicio que fue “Lark’s…”, seguido de “Suitable Grounds for the Blues” y “Red” (bien acomodadito todo, dando la impresión de estar ante una misma pieza de varias partes), rápido llegó una de las cumpleañeras: “Epitaph”. Imponente y hermosa (fue la primera que mereció ovación de pie) que, junto con “Cirkus”, fue el punto medio del primer set de la noche cuya tónica fue más hacia lo aguerrido y vertiginoso con “Frame by Frame” como punto alto.

En ella unieron sus voces el bajista Tony Levin y Jakko Jakszyk, y éste último su guitarra con la de Robert Fripp para dar una probada de por qué King Crimson es tan fascinante en vivo: siete músicos haciendo malabares en sus respectivos instrumentos. Escalas musicales, unas tras otras. Ritmos que se rompen para dar una nueva lógica a la melodía. Frenéticas percusiones por un lado, exactos puntilleos por el otro. Una locura orquestada con tal exactitud, que parecería que está a punto de romperse en cualquier momento.

king Crimson pidió a los asistentes no sacar celulares o dispositivos durante el concierto.

La segunda parte del set parecía que iba con todo. Pero algo se quebró cuando sonó “Islands”. Sí, perfectamente ejecutada y todo, pero es de esas baladas que no siempre se agradecen… o al menos eso pensé, porque cuando concluyó, el público (principalmente el de las primeras filas) se levantó para aplaudir y gritar como si hubieran escuchado “I Talk to the Wind”. Ahhhhhhhh, lo que hubiera sido si después de “Moonchild” llegaba ese dulce sonido de flauta y órgano que caracteriza a una de las melodías más hermosas del In The Court of the Crimson King que, a final de cuentas, su cincuenta aniversario es uno de los motivos de la gira.

Pero algo raro pasó ayer…

“Starless” marcó el fin del segundo acto. Impactante. Tiñendo notas y recinto de carmesí, mientras las cuerdas de la guitarra de Fripp iban in crescendo de forma hipnótica. Luego de ésta, la banda salió por algunos segundos para regresar y hacer erizar la piel de todo el público con la épica “The Court of the Crimson King”.

En ella, de alguna manera, te das tiempo para ver todo lo que pasa: Mastelotto y Harrison con sus conmovedores redobles, Stacey haciendo las orquestaciones, Collins soplando dulcemente la flauta transversal, Levin a lo largo de todo su bajo con una cadencia que se siente en toda la canción y Jakszyk rasgando los acordes que acompaña la cabalgata que, por veces, parece tomar la canción. ¿Y Fripp? Pasando todo su antebrazo por el sintetizador que tiene de frente para dar el gran cierre de la canción.

Luego, los siete músicos salieron y ya no regresaron. Hubo un tiempo para las fotos, pero no sonó “21st Century Schizoid Man”. Raro.

Setlist

Set I

Larks’ Tongues in Aspic, Part One

Suitable Grounds For The Blues

Red

Epitaph

Larks’ Tongues in Aspic (Part II)

Cirkus

Frame by Frame

EleKtriK

One More Red Nightmare

Indiscipline

Set 2

Radical Action

Meltdown

Level Five

Moonchild

Island

Easy Money

Starless

Encore

The Court of the Crimson King

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Hola, soy Álvaro. Estoy en sopitas.com desde hace algunos años. Todo ha sido diversión, incluso las críticas de los lectores. La mejor de todas: "Álvaro Cortés, córtate las manos".

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