Por: Aarón Cortés
Kinky es uno de los actos nacionales que puede presumir que ha estado en gran parte de las ediciones del Vive Latino, siempre evolucionando con el festival en búsqueda de seguir adelante y progresar. La última vez que los vimos pisar los escenarios fue en 2012, pero cinco años después ya están listos para dar un regreso triunfal con nueva música en camino, y algunos problemas de la situación actual en el mundo que han estado atorados en su cabeza durante un buen rato.
Previo a su presentación en el escenario principal, platicamos con el vocalista Gilberto Cerezo (Gil), sobre la importancia del festival en México, nuevo show, momentos favoritos y todo lo que viene para el nuevo disco.
Este fin ya es el Vive Latino y es la primera vez que se presentan en cinco largos años, ¿cómo se sienten al respecto?
Un poco nerviosos, sobre todo porque vamos a estrenar un show grande y con una producción distinta a todo lo que hemos hecho. También como ofreciendo algo nuevo visualmente al público, entonces prácticamente lo estrenamos ahí. Obviamente la emoción por el vive es como ir a una tradición aquí en el D.F. y quisimos aventarnos este giro –ahora sí como aventando la casa por la ventana– para esta producción y ya no es únicamente como música luz y sonidos, sino que vamos a integrar una especie de juego gigante e hiperactivo donde va a ser como una muestra mucho más interesante. Un show muy dinámico con una propuesta visual muy interesante. Eso es lo que nos tiene más emocionados pero como te digo obviamente venir con esta tradición y creo que esta será la séptima vez que tocamos en el festival así que estamos ansiosos de presentar nuevo material, nuevo show, y un nuevo escenario como un nuevo comienzo con todo para abrir la botella de champaña.
¿Cómo sienten que han cambiado desde aquél lejano 2003 y su primera actuación en este festival a su regreso triunfal en 2017?
Sobre todo la discografía va marcando escalones que uno va subiendo poco a poco y la conexión con el público se vuelve mucho más intensa en cuanto tienes más canciones que te conectan directamente con ellos. Obviamente Kinky empezó como una banda muy electrónica de cierta manera como de jam, y fuimos moldeando a este híbrido raro entre una banda de rock y DJ que se comunica todo el tiempo con el sonido, creo que está amarrando y el contacto se está creando prácticamente en los escenarios. El Vive Latino si es una muestra (si es el primero, segundo o tercero) de como fue evolucionado la banda y en lo que se ha convertido ahora que prácticamente es eso, una banda que ya tiene cierto recorrido y ha pisado el escenario en varias ocasiones, y la conexión con el público ha ido creciendo gracias a que hemos seguido sacando música, y conectando con la gente que nos sigue.
Otras bandas han llevado su acto acústico al Vive pero ustedes no lo hicieron con su Unplugged ¿a qué se debe?
Sobre todo quisimos darle al tour del Unplugged como una cierta intimidad, los hicimos en puros teatros y esto fue lo que nos invitó más que nada a dejar en casa control absoluto un poquito menos de festival eso esta gira, y era un poco más compleja la producción en cuanto a músicos invitados, la orquesta y la puesta en escena un poco más abrumadora, pero sobre todo era eso. Queríamos presentarla en esta ocasión la presentamos en el Metropólitan y fue eso, tener el concepto un poco encerradito en teatros y no sacarla a festivales.
También lanzaron un par de nuevos y dices que su regreso traerá nuevo material ¿entonces ya podemos esperar el nuevo disco de Kinky?
Si, ya estamos en la etapa final, en los últimos detalles. Vamos a estar tocando entre cuatro y cinco temas de lo que va a ser el disco nuevo, vamos a estrenarlas en vivo, y el disco estará saliendo por ahí de mayo a más tardar. Entre presentación de disco nuevo, material show, etc, prácticamente es el arranque de la gira aunque se retrase un poquito la salida del disco, ya vamos a empezar a presentar el nuevo material.
A lo largo de los años la relevancia del vive sigue presente, por qué crees que es importante que una banda mexicana tenga la oportunidad de tocar en este festival?
Es el festival más representativo de la música latinoamericana en México, creo yo. A pesar de la tremenda oferta de festivales en el país gracias a la apertura, los promotores y el público que recibe mucho más géneros de música que antes. El Vive Latino sigue siendo una tradición, creo que para todos los músicos latinoamericanos es uno de los festivales más importantes, en donde puedes tocar y que representa esta manera el producto latinoamericano, la música que tenemos propia y que no viene de un país extranjero, a enseñarnos como se hace o como se disfruta. El Vive Latino sigue siendo una tradición en la música Latinoamérica de rock, hip hop, de alternativa en general, y creo que como público se vive de una manera muy distinta a los demás. El sujeto de la máscara del santo, al güey que vuela tres metros de alto por una sábana, al público que suda más que en ningún un otro festival, esa energía se recibe también al escenario y creo que sigue siendo una de las más emocionantes a pesar de la gran gama de festivales que ahora hay en la ciudad.
¿Cuál es tu momento favorito del Vive Latino asistiendo como banda?
Creo que tengo dos muy emotivos. El primero fue –a pesar de ser una emoción mala– que un Vive no pudimos tocar, porque estuvimos ahí metidos en un embrollo medio raro de alguien que se quería pasar de lanza, y hubo como un atraco ahí. No pudieron llegar el resto de los integrantes, yo ya estaba en el festival pero estaba viendo el escenario donde íbamos a tocar. La gente estaba lista para empezar nuestro show pero se tuvo que posponer porque los demás no pudieron llegar, gracias a este problema que vive el sistema mexicano como en cualquier cosa corrupta que quieran lograr (desgraciadamente este país tiene otras desventaja). Y dos años después regresamos estrenando el sencillo de “A Donde Van Los Muertos”, nos acompañó también Ely Guerra en las vocales (que hizo unos coros por ahí) y fue uno de los momentos donde se volvió a encender la chispa de la banda en el país. De ahí se marcó para nosotros un nuevo comienzo muy emotivo a la hora de estar en el escenario.
Con esto que mencionas de la situación del país y todo lo que se está viviendo con el miedo de Trump, y sobre todo estos “millennials” desinteresados en lo que está pasando, ¿crees que el festival pueda ser una forma de acercarse a ellos y crear conciencia?
De cierta manera siempre tienes esta obligación –quieras o no– de mandar un mensaje. Festivales como este que celebran la cultura propia, tienen un mensaje más allá de estar levantando el puño y mentándole la madre al presidente. Creo que el mensaje es eso: la sensibilidad, la música latina, el arte nacional sigue siendo un estandarte y un motivo para celebrar como lo vemos. Reúne cada año más de 60 mil personas y eso es un mensaje muy claro para tanto las instituciones, para la cultura, para el público y nosotros como artistas de que sigue habiendo pese a cualquier adversidad, este tipo de manifestaciones culturales exitosas. De ahí creo que viene una nueva etapa para nuestro país, para el mundo con la política de Trump, con los errores de Peña Nieto, con la crisis que estamos acostumbrados de cierta manera nosotros como mexicanos, viene un nuevo replanteamiento.
¿Han considerado alguno de estos asuntos para las nuevas letras?
Hay algunos toques políticos dentro del nuevo disco que estamos por sacar en mayo, siempre también combinándolo con el estilo y la temática que tenemos. Sin embargo sí, cualquier persona sensible o cualquier persona que pinta va a ser tocada por estos temas y se va a reflejar en su trabajo, nosotros no fuimos la excepción. El peso del disco viene muy cargado en la diversión, en la noche, el ruido y todo lo que hemos andando, pero también tiene tintes que tocan la temática en la que estamos pasando por ahora.