Los Fabulosos Cadillacs conjuran una lluvia (de chelas) en el Foro Sol

Reseña y Fotos: LOS FABULOSOS CADILLACS

Jueves, 12 de noviembre
Foro Sol
México, DF

EL CONCIERTO

Los Fabulosos Cadillacs, toda una institución del rock sudamericano y quizás el pilar más reconocido del ska-rock, se encuentran de gira para conmemorar el 30mo aniversario de la banda. La última vez que los argentinos dieron un recital por nuestros lares fue a finales de 2013, con un par de fechas en este mismo foro. Ese mismo año también encabezaron el festival Vive Latino, así que no ha pasado mucho desde la última consulta del Dr. Cadillac. De izquierda a derecha en el escenario: Daniel Lozano en la trompeta; Sergio Rotman en el sax y guitarra; Vicentico en los vocales; Fernando Ricciardi en la batería; Sr. Flavio en el bajo y vocales; Mario Siperman en los teclados. Durante el show fueron apoyados por un segundo trompetista, un percusionista, y un guitarrista. También se aparecía de vez en cuando un ilustrador que creaba en tiempo real sus dibujos locos mientras se proyectaban en las pantallas grandes. ¡Y muchas luces! ACTUALIZACIÓN: Según me informan muy cordialmente en los comentarios, el segundo trompetista se llama Hugo Lobo y el ilustrador es el Dr. Alderete.

SETLIST

1. El genio del dub
2. Mi novia se cayó en un pozo ciego
3. La luz del ritmo
4. Demasiada presión
5. Estoy harto de verte con otros
6. Gallo rojo
7. Destino de paria
8. Manuel Santillán, el León
9. Piazzolla
10. Hoy lloré canción
11. Sábato
12. Calaveras y diablitos
13. Vos sabés
14. Saco azul
15. Revolution Rock
16. Siguiendo la luna
17. Los condenaditos
18. La música salvará al mundo
19. Carnaval toda la vida
20. Mal bicho
21. Matador

ENCORE:

22. Carmela
23. Vasos vacíos
24. Te tiraré del altar
25. El Satánico Dr. Cadillac
26. Yo no me sentaría en tu mesa

INVITADOS ESPECIALES

La noche contó con dos invitados especiales para unirse al festejo de los 30 años de los Cadillacs. Los primeros en pisar el escenario del Foro Sol fueron los venezolanos de La Vida Bohème, seguidos por el conjunto de la Tokyo Ska Paradise Orchestra. Por supuesto, los japoneses traen un sonido y un look más tradicional del ska, lo cual llega a ser del agrado del purista que viene vestido con sus tirantes, botas, y sombrero de rudeboy… pero como los fans mexicanos de los Cadillacs están más inclinados hacia la faceta “rock en tu idioma” pues digamos que los Tokyo Ska no llamaron mucho la atención, fuera de su cover de Madness y su versión del tema de El Padrino. En solitario su show es estupendo.

OPINIÓN

Cuando me toca ver por primera vez en vivo a una banda tipo los Cadillacs, pienso que lo equivalente debe ser cuando por fin se te hacer ver un gran clásico del cine, como “Star Wars” o “Lawrence de Arabia”. Ya sabes cómo va la película, incluso ya te contaron cómo termina, pero de todas formas la disfrutas porque por algo la aclaman como tal. Es lo mismo con los Cadillacs mientras éstos interpretan muchos de los temas que escuchaste en tu juventud, algunos más que otros. ¿Pero acaso nunca te imaginas cómo hubiera sido ver “Star Wars” en su momento, sin el bagaje que carga ahora como la franquicia más grande de todos los tiempos? La emoción de percatarse de que estás viendo algo muy especial. Bandas veteranas como los Cadillacs nos hacen pensar eso mismo. Si apenas te tocó verlos por primera vez, así de cincuentones, pues más vale tarde que nunca, pero… ¿qué tanto dejaron atrás, cuando canciones como “Matador” o “Vasos vacíos” no estaban tan quemadas como ahora, y apenas tenían su estreno en la radio? Claro, la banda más grande del ska-rock argentino sigue lanzando discos nuevos en su segunda fase, siete años después de su reunión, pero sus fans todavía muestran una predilección por su material de los 80 y 90. ¿Será por motivos de nostalgia o porque de plano sus nuevas canciones no se comparan al mérito musical de lo que vino antes? Preguntas que me hago mientras escucho a la gente corear la melodía de “Yo no me sentaría en tu mesa”… toda la noche.

Si fuiste al concierto que dieron hace un par de años en el Foro Sol, en su gira del 30mo aniversario realmente no cambiaron mucho. Todos los grandes éxitos se escucharon anoche, aunque en un orden ligeramente distinto; por ejemplo, “Manuel Santillán” se tocó más temprano en el set y “Carmela” la aguantaron hasta el encore. Pero si no fuiste al concierto de anoche porque seguro pensaste, ¡Pfft! Van a tocar las mismas rolas de siempre, entonces te perdiste tres temas en los que subieron a los hijos de Flavio y Vicentico para tocar con sus padres, incluyendo un cover en español de “Revolution Rock” de The Clash. Los morros se vieron bien en el escenario, el hijo de Flavio sacando más provecho del tamaño del escenario que el otro. Lo bueno es que no les tocó salir en “Piazzola”; y con todo el respeto que merecen pero qué canción tan más desbaratada. Pero bueno, no todas pueden ser “Mal bicho”.

Como buen grupo veterano con suficiente material para llenar un disco doble de clásicos, el concierto pasó de las dos horas (no sin tres o cuatro temas de relleno). El ska suele ser un género muy divertido al principio, pero después de una hora ya te ves alucinando los metales; sin embargo, los Cadillacs siempre han tenido un encanto que los distingue de sus contemporáneos y que les abrió las puertas –todavía hoy- a una audiencia mucho más amplia y ecléctica. Su fusión de varios géneros como el reggae, el rock, y la canción de protesta son parte de la fórmula, pero para saber por qué este grupo puede seguir viajando a México y llenar un Foro Sol, solo basta pensar de nuevo en el cine. ¿Por qué algunas películas pasan al olvido mientras que otras se transforman en grandes clásicos que podemos ver una y otra vez? En parte porque despiertan al niño que creció escuchando estas canciones, y no solo una sino varias. Y de niños, cuando algo nos gustaba, ya nos quedábamos ahí pegados por un buen rato. Aunque claro, con el tiempo uno madura y se percata de otros sonidos (quiero pensar), pero la nostalgia es un factor que va agarrando más fuerza mientras uno se hace más viejo. Los Cadillacs pegaron en un tiempo clave de la historia, y lo hicieron con una musicalidad que a la vez no era de lo más original, pero que te contagiaba con su carisma. Mientras ese carisma siga presente, ahí seguiremos en la sección de preferente, coreando “Yo no me sentaría en tu mesa”, arrojando vasos de cerveza de 80 pesos y atrapados en la adolescencia perpetua.