Y continuamos con esta sección que busca recordar a los músicos mexicanos que gracias a su legado han dejado una huella muy importante dentro de nuestra identidad cultural, una identidad verdaderamente rica de la cual debemos sentirnos orgullosos.

Porque hoy en día la monstruosa industria musical parece ir opacando poco a poco nuestra identidad, así que no está de más ser conscientes de quiénes hemos sido y cómo ha sonado nuestro entorno a lo largo de los años. Así como la historia es importante para tener noción del pasado y nuestras aspiraciones en futuro, ser conscientes de las expresiones culturales que han surgido en nuestro país es ser conscientes de nosotros mismos, de nuestro entorno y de nuestro pasado que ha dado vida a lo que somos ahora.

Porque hay que entender que la música es un registro mucho más complejo de lo que podemos imaginar a primer escucha. A través de las canciones podemos conocer aspectos económicos, políticos, sociales y culturales de una época en específico.

Esta ocasión recordaremos a una de las piezas clave dentro de la composición en la época de oro del cine mexicano, se trata de Manuel Esperón González.

 

 

Manuel Esperón nació el 3 de agosto de 1911 en la Ciudad de México. Desde niño demostró un interés por la música y el arte así que no extrañó que en su juventud haya postulado para entrar a la Academia de San Carlos y posteriormente estudió en la Escuela Superior de Música del Instituto Nacional de Bellas Artes.

Con un entorno social a favor, su papá era un ingeniero civil y de minas, a quien debemos agradecer por la planeación de la autopista México-Cuernavaca, pero bueno… nos estamos desviando. El papel de la mamá de Manuel Esperón es sumamente importante ya que de ella heredó la vocación artística, ella era de la ciudad de Puebla y era una pianista clásica perteneciente a una familia aristocrática.

 

 

La incursión de Manuel Esperón a la composición fue gracias a su incursión al cine. Su primer trabajo fue como pianista en las salas de cine mudo, después se convirtió en arreglista y orquestador. Poco a poco su talento fue compartido entre voces y comenzó a trabajar musicalizando para varias películas, logrando cerca de 500 películas musicalizadas, entre éstas varias que son recordadas como las mejores películas del Cine Mexicano.

Dentro de sus composiciones lograron destacar varias canciones de su autoría que fueron puestas en las voces de los intérpretes más importantes de la época, entre ellos Jorge Negrete y Pedro Infante. Entre sus canciones más aclamadas están: “La Mujer del Puerto” “Arandas” “Ay! Jalisco, no te rajes” “Serenata Tapatia” “Cocula” “Traigo un Amor” “Noche Plateada”, etc.

 

 

De hecho también cabe destacar su papel como director musical, fue el de cabecera de Jorge Negrete y Pedro Infante desde su iniciación hasta la muerte de ambos. Pero quizá lo más relevante fue su incursión para dirigir a los grupos de mariachis. En aquel entonces ellos tocaban sin técnica alguna, sin partituras ni dirección musical. El primer grupo que organizó fue el Mariachi Vargas para acompañar a Jorge Negrete, a partir de entonces varios mariachis tomaron la decisión casi obligatoria de aprender a leer música o por lo menos tener un director musical.

Manuel Esperón dispersó su fama de inmediato y no tardó mucho en lograr trabajar con los directores cinematográficos más importantes de la industria como Don Miguel Zacarías, Emilio “El Indio” Fernández, Ismael Rodríguez, Luis Buñuel, Alejandro Galindo, Chano Urueta, etc.

 

 

Su fama cruzó fronteras y de hecho recibió muchas invitaciones para trabajar en la industria de Hollywood; sin embargo, su contrato en México con la compañía Films Mundiales le privó de poder hacerlo.

Hoy en día es recordado como uno de los compositores más importantes dentro de la época del cine de oro mexicano, su gran legado y canciones han sido inmortalizadas y hoy en día siguen siendo homenajeadas por artistas contemporáneos de todo el mundo.

Si tuviéramos que listar todos los premios y distinciones que logró, no terminaríamos. Durante su vida fue homenajeado múltiples veces y fue ganador de muchos premios, entre esos el Premio Nacional de Ciencias y Artes en el área de Artes y Tradiciones, el cual fue otorgado por el mismo presidente de la república.

Manuel Esperón falleció el 13 de febrero de 2011 a sus 99 años de edad en la ciudad de la eterna primavera, Cuernavaca, Morelos. Hoy lo recordamos y agradecemos por su inigualable huella en nuestra identidad mexicana.

 

 

 

T: Diego Cornejo

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