Este jueves y viernes en el Museo Universitario del Chopo, se presentará “Mientras nos dure el veinte”, un proyecto que reúne la música con la literatura teniendo a Diego Herrera, Alfonso André, Federico Fong y Javier Calderón musicalizando textos de Juan Villoro, particularmente, pertenecientes a su libro Tiempo Transcurrido, en el cual el escritor crea un retrato fiel de la Ciudad de México usando diferentes momentos y elementos representativos para ella entre 1968 y 1985.

Diego Herrera, músico, compositor y productor (integrante de Caifanes y de Jaguares), aprovechó su inquietud musical y su amistad con el escritor Juan Villoro para crear un proyecto que va más allá de la intertextualidad y el acercamiento multidisciplinario a la música. Lo que inició como una propuesta al aire para musicalizar una película silente –una película muda musicalizada en vivo con música original–, se convirtió en la búsqueda de qué película musicalizar y en esta búsqueda fue que Diego y Alfonso André cambiaron el enfoque de su búsqueda.

José María Arreola tenía, a su vez, un proyecto llamado “Rock & Libros”, en el cual se musicalizaban textos con rock (como el propio nombre lo indica). Arreola buscaba a alguien que musicalizara textos de Juan Villoro y siendo que Herrera y Villoro se conocían de años antes, parecía inevitable unir a ambos para poder crear un nuevo acto. Villoro puso sobre la mesa su libro Tiempo Transcurrido para que Diego creara sonidos específicos para los textos elegidos. “Propuse cuatro que, desde estar yo leyéndolos, tenía yo el sonido en la cabeza… Para mí la Narvarte de los 70 tiene un sonido muy particular”, nos cuenta Diego, haciendo referencia a la naturalidad con la que salieron las composiciones a la hora de leer los textos de Villoro, en parte por su cercanía y en parte porque los textos mismos permiten esta musicalidad.

El concepto se presentó ya en la pasada edición del Festival Vive Latino y obtuvo una excelente respuesta sólo con tres canciones, en parte y según como nos lo cuenta Diego porque “Juan es un rockero encarnado en escritor”. Asimismo, el proyecto como tal es fluído, pero también enfrenta diferentes retos:

“(Como músico) Tienes un reto muy interesante en tocarlo sobre todo porque cuando tocas con una banda tienes cierta estructura y sabes que del verso va el puente, luego el coro y luego regresas al puente y luego haces dos coros y tan tan ¿no?, pero aquí estamos completamente dependiendo del ritmo que traiga Juan en el día, él tiene que esperarnos a nosotros también. Entonces, es una parte como de improvisar, como de estarte moviendo en estructuras flotantes y cambiar en el momento que la palabra clave lo indica en el texto… viene la madriza en el texto y PUM cambiamos a la madriza… es como estar ahí flotando, esperando el cue“.

En diferentes niveles, el proyecto funciona de maravilla. A diferencia del spokenword, en donde la música acompaña versos o discursos y muchas veces tiene bases de jazz o hip hop, aquí, como nos cuenta Diego en Mientras nos dure el veinte la idea es que “no sólo que la música acompañe, sino que narre también… Tiene muchas aristas positivas, tampoco estamos descubriendo el hilo negro. Acá el acercamiento es un poco distinto, más como de score de película”. La conjunción funciona de forma orgánica, porque como nos cuenta Diego, Villoro utiliza elementos que son cercanos a cualquiera, pero en particular a ellos:

“Es una historia por año del 68 al 85, retrata una parte de la Ciudad de México, que a mí me tocó vivir. Hay como íconos muy clavados de la ciudad que en ese momento rifaban como la visita del Papa, como una fábrica de Luxus que había en Satélite o Lindavista. En fin, hay cosas muy claras en el texto que tienen que ver con nuestra adolescencia (al menos de Alfonso, de Juan y mía)”.

Poner a dialogar estas historias y personajes de una etapa tan crítica de México con nuestra cotidianidad es, además, un ejercicio interesantísimo.

El proyecto buscará presentarse en otras ciudades y agregar piezas/textos/canciones al repertorio. Para su presentación en el Chopo incluyen un texto más (“La merienda del Papa”), además de que han creado algunas canciones a parte para complementar el repertorio. A su vez, la sesión de estos días se grabará y el Fondo de Cultura Económica incluirá el disco en una edición conmemorativa que publicará por el trigésimo aniversario de Tiempo Transcurrido.

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Sin duda, es un evento genial que no se pueden perder porque no se sabe cuándo habrá más presentaciones o por cuánto tiempo seguirán trabajando juntos el escritor y la banda, literalmente, “mientras les dure el veinte” habrá que aprovechar para escucharlos.

 

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