Siempre polémica, incluso después de su muerte, Amy Winehouse fue el tipo de artista que despertaba el desprecio del público que no veía en ella más que la personificación de los excesos del espectáculo: floja, borracha, drogadicta, hedonista. Pero los que podían ver más allá de esa superficie de vicios lograban detectar a una cantante auténticamente talentosa, como fue el caso de su productor y amigo, Mark Ronson, quien trabajó con ella en las sesiones de Back to Black.
Amy, el documental de Asif Kapaida, logra rescatar un momento de aquellas sesiones, cuando Winehouse estaba en su mejor momento y Ronson tuvo la oportunidad de extraer la voz que escuchamos en el disco. Con respecto al tema titular, el productor británico nos cuenta que ella escribió la canción en cuestión de minutos, borrando las nociones que la gente tenía de ella como una procrastinadora. Cuando Amy Winehouse se ponía las pilas, no había quien la detuviera.
Amy tuvo su estreno el fin de semana pasado en el Reino Unido, rompiendo records de taquilla para un documental, mientras que la película llegará a nuestro lado del continente en los próximos días.