Desde que ves el nombre Muse escrito en el cartel de un festival, sabes que será un trancazo seguro. No por nada la banda de Matt Bellamy es una experta en mover masas. A eso agreguenle a toda esa gente (sin ofender), que sólo va al festival a escuchar “Starlight” o “Supermassive Black Hole”, y que al día siguiente presume en sus redes que fue a ver a la banda proveniente de Inglaterra.

Independientemente de eso me llamó la atención ver cómo Muse logra controlar a sus fans sin decir muchas palabras. Basta un guitarrazo o un melenazo de Bellamy para que la gente se vuelva loca, los fans comiencen a gritar, empujarse y todas esas cosas que hacen los fans para demostrar su pasión por las bandas. Sabía que su presentación en Pal’ Norte sería un descontrol porque la agrupación no abrió fecha en ningun otro lugar de la republica mexicana, así que o ibas a Monterrey a verlos o te esperabas a que lanzaran su próximo disco y programaran una gira promocional por México.

Por esa razón hubo personas que ahorraron hasta 11 mil pesos para poder ir a Monterrey a verlos; a otros más no les importó viajar hasta Monterrey en camión y aventarse 12 horas de un camino lleno de mucho sol e incomodidad. Los más afortunados vivían cerca y no tuvieron que hacer un sacrificio tan grande más que pagar el boleto y pedir permiso en casa. Pero como sea, para todas esas personas todo valía la pena si al final podrían ver y escuchar a Bellamy rockeando sobre el escenario

Y porque no todo puede salir como uno lo espera, el show de Muse comenzó con 5 minutos de retraso, que pienso que para los que llevaban formados horas para alcanzar un buen lugar fueron eternos. Con un ligero problema de audio, Matt Bellamy, Christopher Wolstenholme y Dominic Howard, salieron al escenario en medio de un espectáculo sencillo de luces y proyecciones. Y digo sencillo porque una vez que viste a Muse en alguna de sus giras pasadas, sobre todo la de “Drones” de hace 3 años, es difícil no ponerse exigente y esperar más de las presentaciones en vivo de la banda.

En cuanto al listado de canciones, Muse intentó complacer tanto a los fans de hueso colorado como a los fans de ocasión. Se escucharon desde “Starlight”, “Hysteria”, “Supermassive Black Hole” hasta “Thought Contagion” y “Dig Down”, canciones que pertenecen al próximo disco en puerta. El setlist estaba pensado, o eso creo, para aquellos que aprovecharon para sentarse en el pastito a tomarse su cerveza, pero también para esos fans que llévaban formados ahí apenas el festival abrió sus puertas.

A pesar de todos los contratiempos puedo decir que el show de Muse fue bueno, pero no tanto como lo esperaba. Lo repito, luego de haber presenciado la gira de Drones, uno se queda con ganas de más espectáculo sobre el escenario. Sin embargo, Muse dejó en claro una vez más porqué su nombre en un festival o concierto es sinónimo de un sold out seguro y porqué aunque pasen los años siguen siendo los favoritos del público en México. Una banda que podría presentarse en un escenario sin nada y con toda la seguridad de que tendría miles de fans aclamando su nombre.

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Redactora de música, entretenimiento y noticias. Llevo siete años en medios de comunicación y he tenido la oportunidad de conocer, entrevistar y escuchar en vivo a mis artistas favoritas.

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