Hace seis años, una noticia llegó para desgarrar millones de corazones alrededor del mundo. Millones de corazones fanáticos del lugar lleno de buena vibra, amor y sabor al ritmo de percusiones suaves y melodías tranquilas creadas por la guitarra y voz de Erlend Oye. Sin previo aviso, The Whitest Boy Alive anunció su separación como banda. Sin embargo todo el dolor que esta noticia causó, sanó el año pasado cuando sutilmente anunciaron su regreso a los escenarios con las palabras: “De repente, nos pareció una buena idea ir a algún lugar, preferiblemente a un lugar lejano, y hacer un concierto o dos para celebrar lo buenos que fueron esos álbumes (Dreams y Rules)”.

Foto por Kate Booker/Redferns via Getty Images

La década pasada simplemente no hubiera sido la misma sin la música de The Whitest Boy Alive. Y no por ser una banda que llegó para conquistar el mundo entero y ser headliner en todos los festivales del mundo. Ta vez esa sea la belleza de los Whitest: son grandes a su manera.  Dreams del 2006 llegó para enseñarnos un sonido que nunca antes había existido. Y una vez más, no por su complejidad y su innovación, sino por su impecable sencillez. Dreams es el resultado del trabajo de artistas que tenían una visión compartida, que buscaban tener finura en cada detalle, en cada riff y en cada golpe de la batería. Justo así, de una forma muy sencilla, fue como se metieron en el corazón de tantas personas. Especialmente en el de los mexicanos.

En el 2007 fue que se presentaron por primera vez en México. Año que vería crecer una relación profunda y especial entre nuestra cultura y la banda alemana/noruega. Dos años más tarde, y literalmente con el sello “Hecho en México”, lanzarían Rules, álbum que confirmó a The Whitest Boy Alive como una banda de otro nivel. Rules es tan bueno como Dreams. Tan sencillo y preciso que sería imposible imitar algo parecido. 14 años después, eso es una constante. Nadie suena como The Whitest Boy Alive. Rules llegó para presentar unos rolones como “Intentions” que te lleva por aguas tranquilas, “1517” que te envuelve en el más alucinante dream pop y “High On the Heels”, la más bailada de todas.

Foto por Gary Wolstenholme/Redferns

Ahora regresan a México después de diez años. Regresan para presentar algunas de las mejores canciones de su discografía, y un poco de su nuevo material. Así es, su reunión no solo sirvió para regresar a los escenarios. De manera sorpresiva The Whitest Boy Alive se metió al estudio para grabar nueva música. Recientemente nos compartieron “Serius”, su primer material en once años. Con un sonido minimalista –siendo fieles a sus orígenes– tiene una nueva vibra tropical con tintes playeros, abrazados por un piano electrónico que se proyecta hacia arriba y con una batería bailable. Una rola que segurísimo escucharemos a las seis de la tarde en el escenario Fusión.

Foto por Andy Sheppard/Redferns

La presentación de The Whitest Boy Alive en Pa’l Norte será una llena de momentos de calma para estar con las personas que más amas. Será una con momentos que también darán para cantar y bailar por igual con canciones como “Burning” y “Golden Cage”. Una que seguramente verá lágrimas por tenerlos de regreso una vez más. Su presentación le cambiará el tono al festival y nos llevarán a un lugar de felicidad nostálgica absoluta. Una que ningún amante de la energía suave se puede perder.

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