'Notes On A Conditional Form': The 1975 cambian la ruta con su disco más contrastante a la fecha

Ya conocíamos la introducción de Notes On A Conditional Form, en voz de Greta Thunberg, en la que hace un llamado a detener el calentamiento global y a la irresponsabilidad de los adultos. Desde el inicio, tenemos incertidumbre de lo que sigue en este cuarto disco de The 1975.

Con Matt Healy, George Daniel (Pale Waves, The Japanese House) y Jonathan Gilmore (Pale Waves, The Candescents) al frente de la producción, no tenemos queja en esta parte, ya que los múltiples géneros en los que la banda inglesa se mueve en este disco, suenan bastante bien.

La sorpresiva “People” rompe con la calma del primer tema, y las distorsiones son bastante interesantes, así como el descontrol en la voz de Matt, pero es tan distinto al sofisticado pop de Matty y compañía, que checamos si el algoritmo no nos había mandado a The Clash o The Vines.

Como una blind box de juguetes, no sabemos qué nos va a tocar en este álbum. Un ejemplo desorientador son “The End (Music for Cars)” y “Streaming”, largas introducciones de cuerdas que pierden al escucha, quien no reconoce a la banda de Matt Healy y compañía hasta el momento.

Este disco es incongruente porque va de canciones con un mensaje y sonido claro a lo indescifrable en segundos. Encontramos que la banda tiene un gusto a los sonidos acústicos, de música americana inclusive, en “Birthday Party” y la excelente “Jesus Christ 2005 God Bless America”, en la que melancólicamente hablan con Phoebe Bridgers –una de las consentidas de The National y Matt Berninger– sobre ser LGBTTTIQ y religioso en esta sociedad.

De plano no seguimos si The 1975 planeó un disco intencionalmente multigénero o fueron añadiendo las canciones como se les iban ocurriendo. En “Yeah I Know” tienen una incursión en baterías con guiños al drum & bass y voces distorsionadas sobre un órgano, y para “Shiny Collarbone”, “Having No Head” o “I Think There’s Something You Should Know” de plano suena a que Matt se quiere lanzar como DJ o montar un proyecto de música electrónica.

Aun así, llegan a momentos identificables con el nombre de The 1975 en “Me & You Together Song” y “Tonight (I Wish I Was Your Boy)”, pop sofisticado con el que te ponen a bailar cantando letras nada alegres. Vemos a este par de rolas en el setlist de sus futuros conciertos, sin duda.

Ya hacia el final del disco, “Don’t Worry” es otra rola destacable, con una voz con autotune ligero y un piano que funcionan sin más ambiciones. Además, el padre de Matty participa en la rola, en una balada que podría ser hasta de cuna, ternuringa.

Matt Healy se puso a jugar con nuestras mentes, y de paso, nos regaló algunas grandes rolas, pero pasando por el laberinto de sus ideas que no se pusieron de acuerdo (¿o sí?) en los géneros del disco. Veintidós canciones y una hora veinte fueron demasiado para un disco que tiene unos excelentes cuarenta minutos.

No vemos cómo en vivo puedan incluir música electrónica por tantos bloques, ya que son una banda de pop rock muy disfrutable, con visuales excelentes y breves momentos de descanso. Esperemos que su siguiente gira también nos sorprenda con la escenografía y energía de su frontman, porque tienen bastante tiempo para planear el nuevo tour.