Este 2016 ha sido un año muy trágico para la música. Son varios los artistas que nos han dejado, cuyo legado queremos recordar y homenajear. Esta semana y hasta el lunes 1 de noviembre, estaremos lanzando un arte coleccionable de cinco músicos emblemáticos cuya muerte todavía nos tiene tristes.
El día de ayer hablamos de David Bowie. Hoy es turno del gran…
Juan Gabriel
Marcó un antes y un después en la música mexicana y demostró que nunca existirá en el mundo una voz igual. Juan Gabriel siempre se esforzó por romper estereotipos y luchar contra una sociedad que siempre trató de tirar lo que en años de carrera se dedicó a construir.
Tristemente partió cuando todo comenzaba a mejorar: lo hizo con la cabeza en alto. Era un gran ejemplo a seguir.
Sin importar el género, “Juanga” nos contó su vida a través de temas que plasmaron la tristeza, la alegría, el romance y esa desesperación –sentimiento que nos caracteriza como mexicanos– que rompieron fronteras musicales. Incluso cambió la letra sus canciones al japonés y portugués.
Cientos de personas de todo el mundo lloraron su pérdida y fue homenajeado durante varios días fuera del Palacio de Bellas Artes. “El Divo de Juarez” partió a mejor vida, pero dejó un valiosísimo legado. Descanse en paz.
En su cama dormía el rey del juangabrielazo,
una noche tranquila en el Palacio.
Aprovechando que a ronquidos terminó su canción,
una esbelta figura se apareció en la habitación.
Era la mismísima muerte usando su capucha,
la que a nuestro bello durmiente despertó con astucia:
Ya te llegó la hora “Divo de Juarez”
Es momento de que al fin dejes tus cantares
Huesuda querida, ¿por qué me quieres llevar?
Mejor vámonos al Noa Noa derechito a bailar.
Lo que se ve no se pregunta, deja de rezongar.
La cripta ya está lista: yo te voy a sepultar,
Porque tú ya no tienes dinero ni nada que dar.