Igual que cualquier adolescente a los 17 años, Billie decidió salir por la noche, a eso de las 11:00 pm, a una nueva aventura. ‘When We All Fall Asleep, Where Do We Go?’ Pero no se confundan, esta adolescente californiana es todo menos ordinaria.

¿Quién es Billie Eilish?

Con a penas un LP y algunos sencillos, Billie Eilish ha pasado a estar en los ojos de todo el mundo gracias a la intensidad de sus canciones, la calidad de su música y la verdad tan transparentemente cristalina con la que habla; no, no nos referimos a canciones de amor del tipo “me partió el corazón y lo odio, pero ya estoy mejor porque valgo más”. De entrada, ni siquiera tiene canciones de amor, porque mientras tú a tus 17 años estabas pensando en el chico que te gusta y/o en el desamor du jour por el que estabas pasando esa semana, ella se dedica a hablar de ella misma. Ella canta sobre ella, ella se refiere a ella. Cada vez que escuches una canción que parezca hablar de alguien más, se refiere a ella; a esa otra Billie a la que odia y teme, al mismo tiempo que respeta y que la inspira. Ella misma es su propia inspiración; ella es su propia lanza y su propio techo.

¿Es pop? ¿Pop noir? ¿Pop gótico? ¿Emo pop? Es Billie Eilish.

Difícil definir su sonido ¿Es pop?, ¿es electrónica? ¿Qué es? Si fuera un platillo de cocina, sería uno de esos que juntan distintas técnicas, sabores y cocinas en un solo plato; dulce-salado, el postre va al inicio y la sopa al final ¿Se baila, se escucha, se canta? Todas las anteriores, pero posiblemente lo más importante es que se siente. Y a final de cuentas, es lo que ella más busca en lo que hace -así sea música o instalaciones de arte: que la gente que la escucha pueda sentir algo.

Y tal vez por eso, porque es un alma y una artista tan compleja que teme quedarse en la media de toda la oleada de adolescentes (y artistas en general) es que decidió lanzar su nuevo material con una experiencia de la que fuimos parte.

“The Billie Eilish Experience”

Imagina que tienes 17 años otra vez. ¿Te acuerdas de lo que te gustaba escuchar o hacer en tu tiempo libre? ¿Recuerdas lo liberador que era tomarte una hora y media para solamente escuchar de inicio a fin un disco? Ahora imagina que te dicen: toma eso que sientes e interprétalo de la manera que tú quieras en una experiencia. Y tal cual, como un niño con un bote de plastilina, haciendo lo que quieres con el material dado, fue “The Billie Eilish Experience”. De la mano de Spotify, Billie lanzó ‘When We All Fall Asleep, Where Do We Go?’ en un ángulo 360, donde el propósito fuera que los asistentes sintieran, olieran, escucharan, respiraran el proceso de cómo funcionó su mente durante la creación del disco, demostrando que quiere separarse de una cantante cualquiera. Random no es su estilo.

En un un lugar que parecía ser una nave llena de bodegas de storage para carga y descarga de mercancía, cerca de Downtown LA, en una calle pequeña y cerrada, se veían luces y se comenzaba a escuchar música. En este lugar, alejado de los bares y la clásica escena nocturna de Los Ángeles, era la cita.

Foodtrucks con comida vegana, agua y un área de bar cercada. Amigos y familia, un ambiente de lo más íntimo. Un pequeñísimo escenario vio a Billie dar las palabras de inauguración de la  experiencia a las 9:00 pm: “It’s been miserable and amazing and horrible and beautiful at the same time”, hablando del proceso de su nuevo álbum, explicando que esta experiencia es un recorrido a su mente durante este proceso. “Tell me what you think; actually don’t, cuz I dont give a fuck what you think”, terminó por decir para invitarnos a entrar “a su mente”.

Cada espacio era completamente distinto: pasando por unos donde la creatividad era lo que resaltaba, ese espíritu de niña pequeña que se le nota con sus arrebatados movimientos en el escenario, hasta otro oscuro, intenso, donde lo único que había era un laberinto de telas negras con luces que cegaban tu paso y te hacían perder un poco el equilibrio y sentido de dónde estabas.

Felicidad (a medias), ansiedad, tranquilidad, miedo, introspección y sobre todo emociones intensas fueron lo que Ellie nos invitó a experimentar a manera de intentar mostrarnos cómo es que funciona su cabeza.

Con una ambivalencia que ya toma como bastión de personalidad, invitándonos “dentro de ella” y su proceso creativo, pero al mismo tiempo diciéndonos “no me importa un carajo lo que piensen” es como está decidiendo mostrarse al mundo. Así de transparente como de compleja, así de determinada como dispuesta a experimentar, equivocarse, caerse y volverse a levantar más rápido. Ella se quiere comer al mundo y esta es su manera de demostrarlo.

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Foto: Adriana Zamora.
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Foto: Adriana Zamora
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Foto: Adriana Zamora
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Foto: Adriana Zamora
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Foto: Adriana Zamora

Posiblemente, lo que más nos llevamos de esta experiencia, es que ella no va a lograr ser una artista como las de hace diez años -incluso pocos son así en nuestros días: ella se niega rotundamente a entrar en una cajita, se niega a ponerse una etiqueta, y rotundamente se niega a desviarse del camino que tan claramente se ha trazado para ella en su mente: la de un cuarto, con muchas puertas, donde no tiene que elegir una, más bien va a tocar y abrir todas.

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