No seré el primero en decir que 2014 nos dejó pocas joyas en la industria internacional del pop/rock. No voy a ser tan pesimista como para declarar que éste año ha sido el peor en lo que llevamos de nuestro siglo adolescente, pero todos podemos estar de acuerdo que en 20 años nadie le va a dedicar artículos majestuosos al 2014 como lo hacemos ahora con respecto a 1994. Se hizo mucha música en los últimos doce meses -demasiado ruido, diría yo- pero puedo asumir que no será mucho lo que la historia rescatará del olvido.

En el frente de la música en vivo el negocio también dio algunas tropezones. Algunos dirán que la escena indie local está agotada (y hasta empachada) de tantos conciertos y festivales… y quizás exista algo de razón en ello. Desde mediados de la década anterior hasta la fecha actual, las ofertas musicales de la Ciudad de México han llegado a una escala de primer mundo, y debemos estar orgullosos de tal hazaña. Ya no somos el mismo “pueblo” que metía a una banda indie en un antro cualquiera para que salga a tocar hasta la 1 de la madrugada, sino ya contamos con recintos que pueden proporcionar instalaciones de primer nivel y una calidad de audio comparable a los mejores foros de Los Ángeles, Nueva York o Londres. El problema es que las audiencias en el DF no son tan numerosas como en aquellas urbes.

Y si no son tan numerosas no es precisamente porque ya estemos hartos de ver a The Horrors o a Blonde Redhead por tercera o cuarta vez en nuestra ciudad. Más bien es un problema de presupuesto (en referencia al Razzmatazz de la semana pesada). Un típico joven de 20 años que vive y trabaja en Londres no va a contar con el mismo poder adquisitivo que un chavo cualquiera de esa misma edad que vive en el DF. Si aquí el precio promedio para ir al concierto de una banda indie es de $400-$500, puede considerarse un “melómano” o lo que sea, pero no va a poder ir a tantos conciertos si el promedio fuera de $300-$400, como hace unos tres o cuatro años. Desafortunadamente, los precios están para quedarse… pero solo por un rato ya que van a seguir subiendo.

La inflación es una realidad que deben enfrentar nuestros bolsillos cada día y eso sin tomar en cuenta la tasa de intercambio con el dólar que sigue por los aires. A todo esto hay que agregarle lo que cobra el artista, costos de transporte, hospedaje, alimentos y bebidas, publicidad y promociones, la renta de esos mismos foros de primer nivel… el precio de un boleto es solo un reflejo de todos los gastos de logística que hacen posible el placer de ver a tu banda favorita tocando sobre un escenario mexicano. Después de todo, si la banda está en México es porque existe una demanda respaldada con números y estadísticas, de lo contrario, ninguna promotora arriesgaría su inversión a ciegas, con tal de traer a alguien que, bien puede ser el regalo de Dios en la Tierra, pero nadie conoce.

Para los que somos adictos a la experiencia religiosa de vivir un concierto, tenemos muy pocas opciones fuera de gastarnos toda la quincena en boletos, declararnos en bancarrota y volver a vivir con nuestros padres porque ya no tenemos dinero para comer. Las primeras opciones no son muy recomendables:

1. Trabajar en el medio: Olvídalo, no hay experiencia equivalente a la de un fan en la audiencia.
2. Dedícate a cazar boletos en las redes: Aunque es padre tener la suerte de ganarte un premio, a final de cuentas se trata de algo extraordinario que probablemente no se repetirá en mucho tiempo. Los números están en tu contra. Mejor vete por la segura, compra tu entrada y no dependas en el capricho de los dioses.
3. Dale una oportunidad a la escena local.

¿Sabes donde puedes gastar no más de $100 por ver a una buena banda en vivo? En el circuito independiente. Y quiero hacer énfasis sobre lo de *buena* banda. Nada de covers de Caifanes en una cantina de Acoxpa o un DJ poniendo éxitos de los 80 en algún agujero de mala muerte en el centro. Hay una cantidad ridícula de artistas locales y de bandas originarias de otras ciudades de la república que viajan al DF en busca de un público que pague por verlos y un foro que les preste su espacio. El músico en busca de audiencia obedece a una de las antiguas costumbres del arte, y no debe ser únicamente responsabilidad del Estado o de alguna iniciativa privada la de arropar u otorgarle subsidios al artista con tal de adornar el entorno social.

Lo que entendemos por “escena local” no debe ser el monopolio de un Conaculta o de una marca de comida de chatarra, ni de entidades que representan intereses ajenos al arte. Se trata más bien de una comunidad de gente que comparte gustos artísticos. Esa es la definición a secas. El Distrito Federal siempre ha gozado de una vida nocturna opulenta y desenfrenada, como en cualquier otra metrópolis del mundo. Los bares y los clubs derraman sus vicios por las aceras, las conversaciones se entremezclan en el aire, y la música se pierde en el fondo. Pero queremos que parte de la noche gire alrededor de la música y no sea solo uno de sus tantos atractivos.

Por eso lanzamos esta propuesta de salir a un concierto a la semana en 2015. No a un evento que te cueste mil pesos, sino a uno donde no tengas que desembolsar la renta de tu departamento. Si vives en el DF y eres fan de la música, no vale decir que “estoy aburrido”, no con tantos conciertos en esta ciudad. Ojo, tampoco se trata de “apoyar a las bandas locales”. Esto no es ninguna campaña de caridad. Si lanzamos esta propuesta es porque sabemos que el talento nacional realmente es talentoso y digno del precio de admisión (y tampoco vamos a dejar fuera a los del resto de Latinoamérica de esto). Por eso es que cada lunes del año entrante vamos a publicar una recomendación por Sopitas.com de UN concierto en la semana (y solo uno) que merece tu consideración.

Si la de música de fuera ya no nos llama la atención, es hora de girar la mirada a nuestro propio jardín…

T: @ShyTurista

P.D.: Para tener a la mano. Directorio de recintos independientes en el Distrito Federal:
Multiforo Cultural Alicia: Cuauhtémoc 91, Roma-Condesa
El Imperial Club: Alvaro Obregón 293. Esquina con Oaxaca. Roma-Condesa.
Bar Caradura: Nuevo León 73. Roma-Condesa.
Multiforo Urbano Bajo Circuito: Circuito Interior. Esquina con Juan Escutia. Roma-Condesa.
SALA: Puebla 186. Roma-Condesa.
Salón Pata Negra: Tamaulipas 30. Roma-Condesa.
Club Pasagüero: Motolinia 33. Centro Histórico
Dobermann Bar: Madero 20, sexto piso. Centro Histórico.
Club Atlántico: República de Uruguay 84. segundo piso. Centro Histórico.
Bulldog Café: Rubens 6, esquina con Revolución. Mixcoac.
Circo Volador: Calzada la Viga 146. Jamaica.

Si por ahí falta algún otro recinto pequeño que debe figurar en esta lista, puedes mencionarlo en los comentarios.

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Fundé Sopitas como hobby y terminó siendo el trabajo de mis sueños. Emprendedor, amante de la música, los deportes, la comida y tecnología. También comparto rolas, noticias y chisma en programas...

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