Y continuamos recordando a los artistas mexicanos que gracias a su legado, han dejado una huella inigualable en nuestra identidad cultural, misma que a lo largo de los años nos ha ido formando y que nos caracteriza a nivel internacional. Hoy en día la monstruosa industria musical parece tener como objetivo dominarnos, haciendo que poco a poco vayamos olvidando cómo nos hemos expresado a lo largo de los años. Esto se puede mediar tan sólo siendo consciente de quiénes fueron los artistas encargados en formarnos, y recordando el sonido de México.

Porque hay que entender que la música es un lenguaje mucho más complejo de lo que podemos imaginar a primer escucha, a través de las notas podemos conocer aspectos mucho más profundo de una época en concreto como económicos, políticos, sociales y culturales.

La historia nos ayuda a entender nuestro presente y nuestras ambiciones a futuro, conocer nuestra identidad cultural nos recuerda cómo era México hace unos años, qué aspiraban nuestros padres y/o abuelos, qué los conmovía y de qué hablaban.

 

 

En esta ocasión es turno de El Rey del Bolero Ranchero, Gabriel Siria Levario, mejor conocido como Javier Solís. Uno de los mayores exponentes del género que logró publicar más de veinte discos, además de su carrera como actor con un par de películas que logró grabar antes de su muerte en 1966.

Uno de los grandes misterios que rondan su legado, es su lugar de nacimiento. Algunas fuentes aseguran que es originario de Nogales, Sonora, pues solía hablar constantemente del lugar. Después se trasladó a la Ciudad de México, aunque hay quienes aseguran que nació en Tacubaya. La única biografía oficial fue publicada por la disquera para la que trabajaba, CBS Columbia aseguraba su origen norteño, pero como nació en el lejano 1931, es un poco difícil verificar la información actualmente, sin dejar de lado que su acta de defunción lo acredita como capitalino.

A temprana edad su padre abandonó a su madre, quien abandonó a Gabriel en casa de sus tíos, a quienes todo el tiempo consideró como sus verdaderos padres. Recibiendo el bautismo en la capital de nuestro país, donde estudió la primaria. Fue en la escuela dónde su interés artístico se despertó, cantando en festivales, pero tuvo que abandonarla durante el quinto grado para ayudar al gasto doméstico trabajando como recolector de huesos y vidrios.

 

 

Comenzó sus primeras presentaciones en lugares públicos interpretando tangos, mientras continuó trabajando en carnicerías, hasta que el propietario de una de ellas –David Lara Ríos– descubrió su talento y lo apoyó pagándole clases de canto con Noé Quintero, mentor de algunos cantantes famosos de la época. De ahí pasó a cantar en restaurantes sin dejar de lado el trabajo de carnicero, hasta que en 1948 se aventuró en el género ranchero junto a mariachis de Plaza Garibaldi.

Después de eso ingresó a un cabaret como cantante y animador con un público muy variado, mientras tomaba más clases de canto con el maestro Miguel Quintero. Dos años después grabó sus primeros temas “Punto Negro”, “Tómate esa copa”, “Virgen de barro” y “Te voy a dar mi corazón” en un pequeño estudio para artistas aficionados, ubicado en la sala de cine Cinelandia. Dichas grabaciones fueron enviadas como carta de presentación a la disquera CBS Columbia (hoy en día Sony Music) que lo contrató seis años más tarde.

Trabajó cantando en el Bar Azteca por más de cuatro años, en donde cambió su nombre artístico a Javier Solís, con el cual alcanzó la fama. Fue ahí que consiguió una oportunidad de lanzar su primer sencillo con una disquera, comenzando con un incremento excesivo de trabajo que culminó con más de 379 canciones en solo 10 años de carrera, convirtiéndose de inmediato en uno de los cantantes más importantes de la música nacional.

Su media de voz y ese sentimiento único para cantar, es algo que ningún otro artista ha alcanzado hasta el momento, coronándose como uno de los grandes que marcó legado en la música ranchera actualmente, y todo eso lo consiguió en poco tiempo, ya que murió a los 34 años de edad. Falleció en abril de 1966 a causa de un fallo cardiaco causado por el desequilibrio electrolítico que le produjo la colecistectomía, luego de asistir al hospital una semana antes por problemas en la vesícula.

 

 

Si tienen alguna sugerencia de otro cantante o compositor, que pueda formar parte de esta sección, sus sugerencias serán bienvenidas en la sección de comentarios.

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