RUFUS WAINWRIGHT

Martes, 7 de mayo
Auditorio Blackberry
México, DF

EL CONCIERTO:

Rufus Wainwright se presentó por primera vez en la Ciudad de México en la gira mundial de su más reciente álbum, Out of the Game. El cantautor ofreció a su público un concierto íntimo de piano y voz (y de vez en cuando, guitarra).

SETLIST:

1. The Art Teacher
2. This Love Affair
3. Matinee Idol
4. Vibrate
5. Out Of The Game
6. Jericho
7. Who Are You New York?
8. Martha
9. Memphis Skyline
10. Hallelujah
11. California
12. 11:11
13. Going To A Town
14. Montauk
15. Zebulon
16. Cigarettes And Chocolate Milk

ENCORE:
17. Millbrook
18. The Maker Makes
19. Foolish Love

OPINIÓN:

Rufus Wainwright es el tipo de artista que merece mucho más exposición ya que su nivel de talento es digno de más público. La asistencia de anoche al auditorio apenas alcanzó un 50% de su capacidad lo cual si fue algo injusto. El problema es que su nombre y su música no han sido del todo divulgados en nuestro país, como lo han sido algunos de sus pares: Andrew Bird, Antony Hegarty, Fiona Apple, Jens Lekman o St. Vincent. De cualquier manera, Wainwright es un profesional que puede dar lo mejor de si mismo tanto para miles de espectadores como para un puñado de fanáticos

La música de Wainwright suele ser encasillada dentro de este peculiar género conocido como “pop barroco”. Pero el pop barroco no es más que música de cantautor con arreglos orquestales: o sea, hay cuerdas, metales, percusiones y otros instrumentos que no suelen ser parte de una banda de rock. No hay nada inaccesible o marginal ni incorpora elementos que puedan alienar al consumidor promedio… aparte de la letra. Pero Wainwright por lo general escribe canciones sobre la vida, su familia o rinde tributos a sus ídolos como Judy Garland o Jeff Buckley.

A mitad del concierto, Wainwright nos contó sobre un encuentro que tuvo con Jeff Buckley, una persona que antes de conocerlo, Rufus “odiaba” porque le daba la impresión de ser un presumido arrogante (y en efecto, Buckley tenía reputación de diva). Rufus lo detestaba tanto que ni siquiera había escuchado su versión de “Hallelujah”. Pero todo eso cambió cuando sus caminos se cruzaron y entabló una conversación con el enigmático cantante, apenas un mes antes de su trágica muerte en Memphis. Al terminar la historia, Wainwright interpretó “Memphis Skyline” seguido por su propia versión del tema escrito por Leonard Cohen.

Wainwright de alguna manera terminó siendo identificado como un “discípulo” de Buckley, aunque nuestro héroe forjó su propio camino. No se podía dejar de admirar el increíble rango de su voz, la soltura con la que se maneja sobre el escenario y su dominio sobre el piano, un talento que heredó de su madre. En cierta manera, podemos apreciar mucho mejor el desempeño de un artista cuando se presenta el sólo, sin el apoyo de ningún otro músico. Vease la solemnidad en “Going to a Town” o la energía de “Cigarettes and Chocolate Milk”.

Mientras unas bandas llegan, tocan y se van, a otros artistas se les hace fácil romper la cuarta pared para interactuar con su público, lo cual siempre tiene su encanto. Los errores ocasionales se justifican porque él nunca se vió a sí mismo como un artista que debe entretener por hora y media a un público que pagó por su boleto, sino como una persona que convive alegremente con sus amigos. Por algo se les dice “íntimos” a este tipo de conciertos.

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DURACIÓN: 1 hora y 30 minutos
RESEÑA: Shy (shy@sopitas.com)
HELLO KITTY: De guitarras a piñatas

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Fundé Sopitas como hobby y terminó siendo el trabajo de mis sueños. Emprendedor, amante de la música, los deportes, la comida y tecnología. También comparto rolas, noticias y chisma en programas...

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