Quienes ya hayan escuchado el nuevo disco de los Stones, coincidirán con las críticas que le han hecho todo mundo. Desde Rolling Stone, The Guardian, NME, Pichtfork y demás… todas estas revistas especializadas dándole de cuatro “estrellitas” para arriba a los ingleses.

Y para qué sino más que la verdad: con Blue & Lonesome los setentones se aventaron un disco de leyenda, de esos que quedarán como la muestra de cómo se hace un álbum de covers. Temas no reinventados, sino reinterpretados. No por sortear entre todos los géneros que les dio la gana (rock, pop, disco, country, etc…) se olvidaron de su seminal blues. Ese siempre estuvo adentro, bueno, no tanto. Sólo era cuestión de sacudir las guitarras y la armónica para grabar esta joya en tan sólo tres días.

 

 

La abridora “Just Your Fool” parece calca de la ejecución de Little Walter… pero, aunque en voz Jagger se la gana al originario de Markville, Luisiana, éste sigue siendo el rey de la armónica, no importando qué tanto se haya rifado el aprendiz en “Hoo Doo Blues”. Mismo caso en “Hate To See You Go”, donde Mick deja evidente que Walter fue una de sus grandes influencias –y no fue de a gratis poner a “I Gotta Go”, de Walter, claro– como su tema favorito en un listado compartido por la Rolling Stone.

 

 

Descubierto ya a quién le debemos el estilo de Jagger, pasamos a temas popularizados por Howlin’ Wolf, enorme (literalmente) cantante que, cuando no las aullaba, las ladraba rabiosamente. Esto lo intenta Jagger en “Just Like I Treat You” y “Commit a Crime”. En estas épocas de lo políticamente correcto, pasaría como apología de la violencia de género, pero eso a sus “Satánicas Majestades” les valió gorro y hace unos años se la cantaron a Obama, nada menos que en la Casa Blanca.

 

 

En “All Of Your Love” los platillazos de Watts caen como relámpagos sobre la tormentosa voz que grita los versos de Magic Sam: “I hate to be the one, The one love you left behind”, lamenta Jagger… algo irónico para un hombre al que no se le va una viva y que, a sus 73 años, acaba de ser padre por octava ocasión.

“Everybody Knows About My Good Thing”, “Ride ‘Em on Down” y sobre todo, “I Can’t Quit You” son ejemplo de lo que son los Rolling, una banda que, a diferencia de muchos de sus contemporáneos, no limpiaron el sonido afroamericano. Lo dejaron así, lastimoso, rasgado. Refinado en ejecución, pero sucio al salir de las bocinas.

 

 

Entre muchas cosas, lo que llama la atención es el nombre del álbum, homónimo del tema interpretado por Memphis Slim. En efecto, los Rollings ya están, quizá no tan tristes, pero sí bastante solos: Little Walter, Howlin’ Wolf, Magic Sam, Little Johnny, Eddie Taylor, Jimmy Reed y Willie Dixon, todos los homenajeados (algunos de ellos con los que los Stones tuvieron sus acercamientos), “se llamaban”. Ya sin ellos en este mundo, con este disco Jagger y compañía (más Eric Clapton) se proclaman como los bluseros por antonomasia. ¿Alguien puede decir lo contrario?

Texto Álvaro Cortés

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Hola, soy Álvaro. Estoy en sopitas.com desde hace algunos años. Todo ha sido diversión, incluso las críticas de los lectores. La mejor de todas: "Álvaro Cortés, córtate las manos".

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