El segundo día del EDC México se llenó más temprano que el primero, ya que alrededor de las seis de la tarde, cuando Cash Cash tomó la estafeta musical en el escenario principal, el Autódromo Hermanos Rodríguez ya estaba a reventar. Los de Nueva Jersey lo hicieron muuuuy bien, ya que elevaron sus mejores tracks y remixes con visuales que nos ayudaban con las letras y el coreo para temas como “Take Me Home” y “Lightning” retumbó fuerte. Igual y les faltó dar un repasón por esos remixes de hace 7 años que los comenzaron a colocar como ‘promesa’, pero este trío se rifó.

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Foto: Doug Van Sant

Los caminos estaban repletos de personas tomándose una foto en activaciones, las atracciones de parque de diversiones y con los escenarios de fondo, y pues… o sea muy padre y todo, pero como que luego uno nomás no sabía ni por dónde caminar para no meterse en las selfies y fotos ajenas, porque de verdad que el EDC era un photo booth gigante. Quedó más que comprobado que “si no hay foto, no fuiste”. Es cultura del like anda desatada. Es más, hasta había chavitos que escalaban estructuras peligrosas nomás pa’ la foto. Pero bueno, ya me siento.

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Foto: Ivan Meneses

Una de las sorpresas más gratas fue el escenario Bionic Jungle, en donde nos topamos con sets un poco más downtempo en una escenografía que nos hizo sentirnos en la jungla, aprovechando algunos árboles del autódromo, con excelentes DJs dedicados a sets más eclécticos. Tal fue el caso de Zombies In Miami, quienes con suaves beats, lograron mantener una vibra envidiable en este escenario. Y aplausos acá a los responsables de la ubicación y logística de este escenario porque supieron aprovechar muuuuy bien todos los elementos naturales como plantas y árboles, para hacer de esto una jungla, una Bionic Jungle. Bravo.

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Foto: Ivan Meneses

Paul Woolford en el Neon Garden trabajó en un set de techno de la vieja guardia con el que agradó a toda persona que pasara por ahí. El escenario más sobrio del festival fue un gran ambiente para presenciar este set que no tuvo desperdicio alguno, aplicando algunas canciones retro para escapar un poco de escuchar mezclas con hits actuales. Pero esa ‘sobriededad’ del escenario, se equilibró con un sonido de aquellos, sin temor a equivocarnos podríamos decir que era uno de los escenarios que mejor se escuchaba, había bastantes torres de delay esparcidos por todo el espacio con unos bajos infartantes. Sí sonaba bien machín.

La noche convirtió el Stereo Bloom en un escenario no apto para epilépticos, como lo demostró el set de Chris Schweizer, que a base de trance uptempo comenzó a ayudarle a la gente a calentar las suelas para dejarse ir en un rato más. Muy buen trance el de este DJ argentino de 24 años de edad, no por nada ya fue parte de ASOT. Igual y sus visuales estaban medio obsoletos, pero su set lo compensó.

En Kinetic Field, Kayzo apabulló a todos cuando comenzó una mezcla de hardcore, metal y dubstep para sorprender nuestros oídos. ¿Solos de guitarra en un set? Sí, se puede lograr y bien, junto con los lanzallamas del escenario operando a máxima capacidad. Seguro acá los metaleros se la pasaron bien, porque este DJ pegaba unos gritos hardcoreros que no le pedían nada a bandas como Emery o Chiodos.

Vintage Culture nos quedó a deber un poco. Con excelente selección, el error fue hacernos esperar drops eternos que muchas veces no correspondían con la canción original, lo que nos dejó colgando para corear algunas canciones como “Drinkee” de Soffi Tukker o “Sweet Disposition” de Temper Trap. Se extendía muchíiiiiisimo para soltar un drop, y seguramente es su estilo, pero oye, no abuses bro. La gente como que no entendía muy bien y como que fue perdiendo a la gente, cuando al inicio, tuvo a toooodos en la palma de su mano. Aquí la prueba.

Duke Dumont comenzó sin aviso previo con “Red Light Green Light”, tracksote que puso las instrucciones para la noche, con los visuales del video de la canción en una escala gigante. Sin bajar el beat ni por un segundo, Dumont mantuvo las líneas de bajo que lo definen todo el tiempo, conviviendo una tras otra, en un set en el que se escuchó más denso que de costumbre. No faltó un cierre con “Ocean Drive” y “Need U” que reiteraron por qué estábamos ante uno de los grandes productores actuales.

En la carpa del Neon Garden pudimos ver cómo Ghetto Kids probaba la respuesta del público con “Mamarre”, y sí, en EDC caben todos los géneros, por lo que la gente llegó hasta el suelo ya entrada la noche. Y hablando de géneros urbanos, qué tal a ‘La Tesorito’ cantando “Tusa” en el escenario Dos equis… ¿no me lo creen? Corre videotape.

De lo más destacable del segundo día de EDC fue Knife Party. Los australianos tienen un conocimiento brutal de su Resistance en México, por lo que su dubstep terrorífico nos tuvo donde nos querían. Los visuales Halloweenescos hechos a la medida se combinaron con frecuencias altísimas y bajísimas que nos dejaban girando la cabeza. Agredeciendo una semana de tacos y gente amable, lanzaron “Bonfire” e “Internet Friends” con violencia, en verdad sin guardarse un solo sample o remix que nos hubiera faltado. Ya se les extrañana a este poderoso dúo, recordemos que vinieron hace algunos años al Pepsi Center WTC.

Vale la pena destacar su remix de “Save The World” de Swedish House Mafia. Pero sobre todo, cómo se dieron un espacio para agradecerle a México juuuusto antes de soltar el drop en “Internet Friends”. Irreal.

El cierre del Circuit Grounds tuvo la selección de Diplo, que con un poncho con la bandera de México y su clásico sombrero vaquero, maquiló un set a la medida para EDC México 2020, con joyas locales como “El Baile del Perrito” y “Mesa Que Más Aplauda”, eso sí, con un fondo dubsteppero que subía las rolas a otro nivel. Guiños a toda su carrera mezclados entre sí, sin reglas de beat o género, nos mantuvieron alertas a lo que estaba tramando el creador de Major Lazer.

Este set pasaba fácilmente de hip hop a dubstep, cumbias y moombathon, por lo que Diplo nos atrapó y no dejó que nos distrajéramos, mostrando que conoce bastante a su público. Ah… y pa’ hacerle segunda a ‘La Tesorito’, este productor también se echo “Tusa”. Pero la realidad es que prendió más Laura León… igual por la diferencia de audiencia de cada escenario.

El escenario Wasteland es la casa de los géneros más atascados: hardstyle y dubstep se muestran entre contenedores industriales que ayudan a que actos como Zomboy se vean increíbles. El cierre para los más densos fue inmejorable, ya que este productor inglés trae lanzamientos como “Battlefields” que escuchamos por primera vez, entre lasers y una iluminación completamente en verde. Otro atascado, pero fino como pocos.

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Foto: Ivan Meneses

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Entusiasta y nerd musical desde que tengo consciencia. Lector obsesivo y escritor. Ávido de escuchar y presenciar música en vivo. Músico novato a ratos. Egresado de Derecho y (casi) de Letras Inglesas...

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