Sigur Rós anunció el lanzamiento de su octavo disco de estudio, terminando un lapso de diez años sin lanzar algún material discográfico desde Kveikur. Directamente a lo que nos importa y sin que nos hicieran esperar el trío compartió el sencillo “Blóðberg” y hoy tenemos frente a nosotros ÁTTA, que se traduce como “ocho”, el número que ocupa este álbum en su discografía.

Producido por Sigur Rós y el colaborador cercano Paul Corley (Oneohtrix Point Never, Ben Frost), los islandeses regresaron en grande, ya que ÁTTA fue grabado con la London Contemporary Orchestra en Abbey Road, lugar sagrado para músicos y productores.

Portada de ‘ÁTTA’, de Sigur Rós. Foto: Sigur Rós.

La magnitud de los 32 integrantes de la orquesta y su director Rob Ames eleva este disco muchísimo, y sumado al trío islandés, nos encontramos con un logro absoluto en la discografía de Sigur Rós.

Una reunión inesperada como los cambios en su sonido

Lo más notable de este disco es la ausencia de batería, que había estado presente en los antecesores de este octavo disco, particularmente protagónica en rolas como “Hún Jörd” de Von (1997), o “Untitled #4 – Njósnavélin” de (2002). A pesar de esto, la banda mantiene la presencia sutil de percusiones, en rolas como “Klettur” y “Gold”, pero la idea del trío está enfocada en la orquestación.

Jónsi le contó también a NPR que las reuniones con Kjarri y Goggi, que eventualmente los llevaron a componer y grabar este disco, fueron esporádicas y tocar de nuevo con viejos amigos se sintió bien después de varios años sin hacerlo.

Habiéndose cruzado la pandemia y con la incertidumbre que esto generó, tenemos frente a nosotros un álbum que bien pudo quedarse en una idea, y valoramos que se materializara después de tanto tiempo.

Como lo habíamos compartido, Jónsi expresó en un comunicado que trabajaron el álbum “queriendo tener una batería mínima y que la música fuera realmente escasa, flotante y hermosa. ¡Nos estamos haciendo mayores y más cínicos, así que solo quería movernos para que sintiéramos algo!”.

Vaya que escuchamos esto, y les compramos absolutamente la idea de este disco, que tiene una magnitud que complace pero abruma al mismo tiempo. Los puntos agudos de la voz del líder de la banda en “Ylur”, con cuerdas que se sienten como olas, son simplemente bellísimos.

La ambición sonora de la banda se nota en estos momentos, y el disco de casi una hora mantiene al escucha atento a cada detalle que ejecuta Sigur Rós y la orquesta, que a veces se acompañan, y en otras ocasiones se responden a través del sonido.

Recordemos que en septiembre de 2018, tras alegaciones de conducta sexual inapropiada, el baterista Orri Páll Dýrason renunció a la banda. Este hecho impactó a la banda a nivel personal, pero también directamente en la idea detrás de su nuevo álbum.

Expertos en transmitir sensibilidad a través del sonido

El sencillo Blóðberg es una canción obscura, que tiene un tono funesto y que transmite un final no agradable sobre el mundo o quizás sobre quien da su testimonio en voz de Jónsi.

Para NPR, el vocalista de la banda dijo que el título refiera a una hierbas islandesas bastante coloridas, pero el mensaje de “Blóðberg” es sobre alguien que está en sus últimos momentos, o está muriendo. Jónsi reconoció que también es como regresar a Islandia en un día perfecto de verano con el sol brillando y respirar.

Todo lo que nos ha regalado Sigur Rós en casi treinta años como banda, encuentra una potencia distinta y quizás superior en su octavo disco de estudio. Nerds absolutos de la producción, que se separaron por unos años para buscar proyectos personales y alternos, la atención a cada segundo del disco da a notar una obsesión por entregar un trabajo excelente.

Como celebración de todo lo que son, en un disco quizás más espaciado, el encuentro de un Sigur Rós orquestado hace de ÁTTA un proyecto muy ambicioso en el que una banda en plenitud se da rienda suelta para transmitir algo enorme.

Con lo reconfortante que se siente llegar a cierta paz después de tiempos turbulentos, la enorme “8” marca el final del disco, con momentos en los que nos sentimos flotando, pero con un tono de intensidad dramática que solo Sigur Rós podría lograr en este post-rock orquestado.

Una intensidad abrumadora en medio de la calma

Sigur Rós llega a un momento contemplativo de su historia como banda, cambios en los integrantes, y tal como lo reporta The Guardian, la resolución sobre un asunto fiscal que traía al trío en el ojo de las autoridades islandesas.

Ahora, desde una aparente calma, la reunión del grupo los llevó a crear un disco que conoce la paz y la intensidad, y transita desde introducción a secciones orquestadas que junto a los agudos impecables de Jónsi, son una muestra del poder de la producción y de casi cuarenta músicos trabajando.

Por poner otro ejemplo, el clímax de “Skel” es potentísimo, con una fuerte sección orquestal y los agudos de Jónsi, en una rola que es sumamente conmovedora.

Por momentos, se pueden percibir similitudes al trabajo solista de Jónsi, le conocemos la música de “We Bought A Zoo” y “How To Train Your Dragon”, aunque notamos los arreglos de Goggi y Kjarri en secciones de todo el disco.

10 años de espera valieron la pena para Sigur Rós

Este nuevo álbum le entrega a los fans tras una espera de diez años algo que los emocionará sin duda, con una identidad sonora que solo creció con la incorporación de la orquesta. No era de esperarse que incluyeran en este disco una rola más digerible y popularizable, como “Hoppipolla” o “Festival”, ya que de principio a fin, el álbum apunta a otras direcciones.

Se siente claramente como un grupo con integrantes con instrumentos orquestales, e impactó la salida y cambio de integrantes que tuvo el grupo durante los últimos años durante sus giras.

Jonsi de Sigur Ros. Foto: Getty Images

Aún pese a los obstáculos, Sigur Rós comparte un disco que es en la misma medida bonito y tranquilo, pero con partes en las que el grupo nos conmueve mucho, porque pensaron en cada momento en crear una producción inmensa, que nos transporta a los paisajes de Islandia desde cualquier lado en el que estemos.

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Entusiasta y nerd musical desde que tengo consciencia. Lector obsesivo y escritor. Ávido de escuchar y presenciar música en vivo. Músico novato a ratos. Egresado de Derecho y (casi) de Letras Inglesas...

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