Texto: Aarón Cortés
Fotos: OCESA
Tuvieron que pasar tres largos años para poder vivir uno de los mejores conciertos que se han realizado este 2016 en nuestro país.
En punto de las 6:30 de la tarde, cientos de espectadores que llevaban unas cuantas horas esperando ansiosamente, comenzaron a ingresar al Palacio de los Deportes, emocionados por presenciar el regreso de Tame Impala a México. Los minutos pasaban y mientras más personas se acomodaban a lo largo del recinto mirando su reloj, éste marcaba la cuenta regresiva para dar inicio al evento.
Los encargados de abrir el concierto y dejar bien prendidos a todos los asistentes fueron CLUBZ, el exitoso dueto regio que demostró ser capaz de dar una gran actuación frente a cientos de personas. Algunos quedaban convencidos con su sonido y comenzaban a preguntar su nombre —tal vez para darle una checada después—, otros coreaban sus canciones, pero eso sí, casi nadie se libró de bailar al ritmo de su música, puesto que todo el entusiasmo con el que habían presumido que estarían ahí en el pre-show se vio bien reflejado en el escenario.
Una vez terminado este acto, un grupo de “científicos” tomó posesión del lugar para ordenarlo y dejarlo completamente impecable, revisando cautelosamente cada instrumento para asegurarse de dejar todo listo antes de la función estelar… que, obviamente, tuvo un ligero retraso en el inicio que se tenía agendado para las 9:00 p.m.
Cuando Tame Impala por fin hizo acto de presencia, probablemente no estaban del todo listos para el gran monstruo al que se enfrentarían porque parecían gratamente sorprendidos con tantos gritos y aplausos que hacían vibrar todo el Palacio de los Deportes.
Ya no quisieron esperar más, y luego del intro (Nangs), saltaron directamente a la acción lanzando confeti por todo el lugar al ritmo de ‘Let It Happen’ y haciendo saltar hasta al alma más renegada, ya que era imposible resistirse ante tal espectáculo o evitar ser contagiado por la emoción de quienes te rodeaban.
Esto fue solo el comienzo de una gran fiesta en la que fuimos escuchando temas clásicos de la banda como “Mind Mischief” (una de las canciones que todo buen fan debe saberse de memoria) y algunos otros que forman parte de Currents, su último disco y que ha sido muy elogiado.
Kevin Parker y compañía mantuvieron la emoción en el punto más alto en todo momento, y la entrega del público era tal, que la banda comenzó a interactuar más con la audiencia, riendo y brincando, hasta que llegó la hora de dirigirle a sus oyentes unas cuantas palabras:
“Ha pasado mucho tiempo desde la última vez que estuvimos aquí. ¿Han sido como tres años? Lo siento, lo sentimos. Pero ya estamos aquí.”
Conforme el concierto avanzaba, una cosa quedaba en claro: Tame Impala es mucho más que la banda que tiene colgada la etiqueta de “sobrevalorada” como muchos creen. Todo el talento y energía de estos músicos, acompañados de unos alucinantes visuales que incluso cambiaban con las distorsiones y agudos de la guitarra del vocalista, demostraron por qué se han ganado su participación en los festivales más importantes del mundo y un lugar de oro en la industria de la música actual.
El tiempo trascurría y por las pantallas aparecía un incesante desfile de todo tipo de imágenes y visuales que se ajustaban perfectamente con cada momento de las canciones. Los fans respondían a estos impulsos con más gritos, más voces en cuello y hasta lágrimas (en serio, lágrimas) ante la impresión de tremendo show.
“The Less I Know The Better”, “Elephant”, y “Apocalypse Dreams”, fueron algunos de los temas más coreados durante la primera mitad del concierto, aunque Kevin Parker guardó lo mejor para el final. Tampoco desperdició la oportunidad de recordarle a sus seguidores mexicanos cuánto los quiere:
“Yo sé que no me creerán cuando les diga que probablemente este es el mejor concierto en el que hemos estado”.
Después de esto, los demás integrantes de la banda no quisieron quedarse atrás, y parece que durante el encore investigaron un poco acerca de qué deberían decirle a la audiencia para demostrar su amor y agradecimiento al recibir ovaciones como las que les estaban prodigando.
Una vez recargados por completo los cañones de confeti, el gran final-final del concierto incluyó dos canciones entre las cuales no podía faltar “Feels Like We Only Go Backwards” —uno de los himnos de la banda—, que no podrían haber disfrutado igual sin la presencia de ese público.
En los momentos finales de concierto, con las voces a todo pulmón y entre una lluvia de colores, la gente se encargó dejó a Tame Impala como al principio del concierto: sorprendidos. Arriba y abajo del escenario, todos lo entregaron todo para crear una de las noches más espectaculares del año, festejando sin importar cualquier otra cosa.
Setlist
1. Nangs
2. Let It Happen
3. Mind Mischief
4. Music to Walk Home By
5. Why Won’t You Make Up Your Mind?
6. Why Won’t They Talk To Me?
7. The Moment
8. Elephant
9. The Less I Know The Better
10. Daffodils (Cover a Mark Ronson)
11. Eventually
12. Yes I’m Changing
13. Alter Ego
14. Oscilly
15. It Is Not Meant to Be
16. Apocalypse Dreams
Encore:
17. Feels Like We Only Go Backwards
18. New Person, Same Old Mistakes
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