Este año sin duda será uno de los más tristes en el ámbito del Rock pues la muerte de Tommy Ramone marcaría el fin de los Ramones, puesto que ninguno de los miembros originales de la banda vive ya. Y justamente hoy hace 10 años sucumbió ante el cáncer el polémico pero genial Johnny Ramone. Si bien Joey le dio voz y presencia al grupo, Dee Dee el espíritu rebelde y desfachatado, Tommy el motor incansable de esos conciertos de decenas de rolas, Johnny aportó la furia, determinación obsesiva y el sonido estruendoso que revolucionaría al mundo.

Fan absoluto de Elvis Presley, desde temprana edad fue infectado por el Rock & Roll y ya nunca se curó. Fue Johnny quien en 1974 se haría el famoso corte de pelo “de tazón” (o comúnmente conocido como “peinado de hongo”) que mantendría toda su vida y le daría identidad a los Ramones. Johnny insistía mucho en la imagen de la banda, tenía la firme convicción de que el grupo debía tener una personalidad ante la prensa y el escenario como una unidad y no como individuos (he ahí por qué todos adoptaron el apellido Ramone). Además Johnny (extrañamente para un tipo genuinamente punk en la banda más punk), siempre se mantuvo alejado de las drogas y el alcohol, en una era en la que ambas cosas abundaban, especialmente en el mundo del Rock. Después de terminar cada show, siempre se iba directamente a su casa, mientras sus compañeros se iban de parranda.

Sus tendencias políticas causaron revuelo dentro de la escena punk, pues siempre se declaró como un ferviente seguidor de la idelogía del conservador Partido Republicano, cosa no muy bien vista por sus colegas quienes generalmente comulgaban o simpatizaban más con ideas progresistas y/o de izquierda. Tampoco solía ser el mejor de los amigos, le molestaba convivir con las personas porque tenía que “soportarlos hablando de sus problemas”, razón por la que se negó a tener teléfono en su casa durante años.

De ahí el título del tema “The KKK Took My Baby Away”, canción que Joey Ramone le escribió a Johnny a consecuencia de que este último le dio baje y se casó con la novia de Joey, Linda Michelle, lo cual provocó que ambos músicos no volvieran a dirigirse la palabra nunca más. Las giras en la van de los Ramones se volvieron incómodas, pero ambos tuvieron que soportarse mutuamente puesto que el grupo era su único modo de subsistencia. Johnny con toda sobriedad y pragmatismo tuvo que convertirse en el tirano de la banda pues tenía que “arrear” a tres tipos con personalidades difíciles y vicios arraigados para lograr que las giras continuaran incansablemente hasta que tuvieran el suficiente dinero para retirarse de los escenarios. Más allá del incidente con la novia, la relación entre Joey y Johnny nunca se recuperó, siempre estuvieron en constante conflicto en cuanto a ideas sobre la banda. Para Johnny la gota que derramó el vaso fue cuando Joey amenazó con salirse de la banda si corrían al publicista que tenían (quien sólo hablaba con Joey y nadie más del grupo). Así que Johnny le dijo “¿sabes qué?, yo me salgo de la banda, hacemos una gira, un álbum más y se acabó, no voy a soportar que tu lealtad sea con el publicista”. La fractura entre ambos músicos llegó a tal al extremo que Johnny no asistió al funeral de Joey en California. En una entrevista declaró: “No iba a ir desde Nueva York a eso, además yo no querría que él fuera a mi funeral o querría saber de él si me estuviera muriendo, sólo quiero ver a mis amigos y que me dejen morir en paz; tuvimos un gran trabajo juntos pero eso no quiere decir que el tipo me agradara”.

El estilo de Johnny para tocar la guitarra, especialmente el ataque de su mano derecha sobre las cuerdas, casi como una ametralladora en picada sobre su legendaria Mosrite, sirvió de inspiración para muchos guitarristas metaleros como James Hetfield y Kirk Hammett de Metallica quienes aprendieron de este anti-héroe del instrumento la técnica con la que se debe realizar un ataque sónico contundente.

Luego de 2263 conciertos y 14 álbumes a Johnny no le interesó más la música, simplemente quería tener suficiente dinero para retirarse y vivir tranquilo, así que vendió todas sus guitarras, sus amplificadores y se compró un rancho en California mismo que llenó de animales disecados y tres gatos que lo acompañaron hasta sus últimos días. Quienes lo conocieron cuentan que como no tuvo hijos y su más grande obsesión fue la banda, cuando ésta llegó a su fin el carácter de Johnny se suavizó y comenzó a relacionarse con algunos personajes a quienes consideró sus amigos como Eddie Vedder, Vincent Gallo, Kirk Hammett, Robert Carmine del grupo Roonie, Rob Zombie y John Frusciante.

Joey ya había fallecido a causa del linfoma cuando los Ramones fueron admitidos en el Salón de la Fama del Rock en 2002. Varios meses después Dee Dee sería encontrado muerto por una sobredosis de drogas. Dos años después Johnny se les uniría a causa de un terrible cáncer de próstata que terminó con su vida pero apuntaló la inminente inmortalización de los Ramones.

FB: IvanNieblas

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