A 50 años de la represión en la plaza de las Tres Culturas, en Tlatelolco, la Secretaría de Gobernación (Segob), mediante la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas (CEAV), reconoció que la represión en 1968  y el 2 de octubre fue un crimen de Estado.

“El Estado usó la represión. Fue un crimen de Estado porque este empleó francotiradores que dispararon para generar caos, terror y una narrativa oficial para criminalizar la protesta y continuó más allá de las detenciones arbitrarias y tortura”, afirmó Jaime Rochín, titular de la CEAV en el Coloquio Internacional de Ciudadanías en Movimiento M68.

De esta manera, pasaron 50 años y distintos procesos y movimientos sociales para que una dependencia gubernamental reconociera la incidencia del gobierno en la violación de los derechos humanos de los estudiantes y los asistentes al mitin en la plaza de las Tres Culturas.

Foto: Proceso

El objetivo de este reconocimiento es armar la primera reparación colectiva sobre uno de los episodios más trágicos en la historia moderna de nuestro país.

Además, Rochín adelantó que la CEAV trabajará por la dignidad de las víctimas y asumió la responsabilidad de reparar la memoria colectiva a favor de los estudiantes del movimiento de 1968 —reivindicando su lucha y su “dignidad”—.

“La reparación que hoy se presenta pretende detonar los procesos de verdad, justicia y memoria”.

De acuerdo con Rochín, la importancia del reconocimiento y reparación desde el Estado está precisamente en el aprendizaje para la estructura de gobierno en la atención de derechos humanos y libertad de expresión.

A pesar de que pasaron 50 años y la defensa oficialista de Gustavo Díaz Ordaz, es importante que el gobierno le entre a la reparación de los daños de las siguientes maneras:

  1. “El reconocimiento de que las acciones del gobierno tuvieron una serie de impactos y daños en el ámbito individual, pero también en el colectivo” ya que se estigmatizó la identidad de los estudiantes por su ideología.
  2. “La implementación de medidas de satisfacción de carácter colectivo”, mediante: La iniciativa M6. Ciudadanías en Movimiento.
  3. “Una reparación simbólica colectiva que servirá de soporte a la reflexión, información y memoria mediante la Intervención Tlatelolco 68-18: Monumento a la ausencia”.
  4. “El derecho a conocer la verdad sobre los hechos ocurridos hace cincuenta años”.

Y sobre el último punto, aún queda el tema de la rendición de cuentas por parte de Luis Echeverría, expresidente de México y durante la gestión de Díaz Ordaz, secretario de Gobernación, y los distintos entes que participaron en las maniobras del entonces gobierno federal, en 1968, en contra del movimiento estudiantil.

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**Foto de portada: @ccutlatelolco-Proceso

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Hola, soy Lucy Sanabria. Desde 2018 redacto y reporteo para Sopitas.com, con especial entusiasmo en temas de derechos humanos y LGBT+. En 2021 fui parte de la generación de la beca de Periodismo Incluyente...

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