No parece que ya han pasado dos décadas desde que una diminuta cantante islandesa emergió de su congelado terruño para sorprender a todo el mundo con su música. En estos días sedientos de algo que nos asombre recordamos cuando Björk nos deleitó con su segundo álbum Post.

Debe decirse que a pesar de haber transcurrido 20 años, las visiones futuristas (musicalmente hablando) de este álbum se mantienen frescas y vigentes como si hubieran sido creadas en el siglo XXI.

Luego de su aventura como parte de bandas punk como Spit and Snot, Tappi Tikarrass, KUKL y los Sugarcubes, Björk se emprendió su carrera como solista, buscando ir más allá de las ataduras a las que el mundo del Rock/Punk la sometía.

En 1993 dio un gran paso y sorprendió a todos con su álbum aptamente titulado Debut. La música electrónica y las facultades que le otorgaban los avances tecnológicos probaron ser lo que Björk estaba buscando como vehículo de expresión. Aunque el disco fue un gran éxito con temas como “Violently Happy”, “Human Behaviour”, “Big Time Sensuality” y “Venus as a Boy” lo mejor estaba por venir en su siguiente álbum: Post

Björk pensó que podría producir el álbum por su cuenta pero pronto se dio cuenta que la tarea no estaba nada fácil para las cosas que quería hacer. De nuevo recurre a la ayuda del productor Nellee Hooper (ya experimentado en cuestiones electrónicas trabajando con Massive Attack), quien en un principio se niega porque está seguro de que ella es capaz de hacer el disco sola. Sin embargo tras mucha insistencia acepta y se da a la tarea de fabricar una estupenda pieza de audio creativo y excitante. De nuevo la electrónica es la espina dorsal de este trabajo, sin embargo se ve invadido por muchos otros estilos en lo que la cantante definió como “promiscuidad musical”.

Los arreglos y la producción son verdaderamente apabullantes. Además de Hooper, otros productores electrónicos fueron invitados a participar. Graham Massey, gracias a su paso por el grupo 808 State, pionero de la música electrónica en Inglaterra y el Jazz hizo un gran diseño produjo los tracks “Army of Me” (un track compuesto “como si estuvieras en un club lleno de metaleros y tipos grunge”, para el hermano de Björk, conminándolo a dejar de quejarse y hacer algo de su vida, so pena de enfrentarse a “un ejército de ella”) y “The Modern Things”. Howie B hizo lo suyo en “I Miss You”. El famosísimo Tricky (quien justo el mismo año lanzó su alabado Maxinquaye y también era novio de la señorita Björk entonces) aporta su producción en dos temas de corte más experimental con algunos guiños al Trip-Hop: “Enjoy” y “Headphones” (tema que nos habla sobre la emoción de recibir una cinta grabada por un amigo o un amante que con la ayuda de unos audífonos nos mantiene a salvo del dolor). Siendo Björk una firme creyente de que el ambiente en el estudio es importante (además de que se iba a ahorrar una buena lana de impuestos), grabó la mayor parte de sus voces en el estudio Compass Point, ubicado en las playas de Nassau en las Bahamas. Así es que tuvo un gran ambiente tropical para grabar por ejemplo, la estrafalaria electrosamba “I Miss You” o hacerlo bajo la oscuridad y las estrellas en “Cover Me” (la cual originalmente había sido grabada en una caverna llena de murciélagos, versión que puede escucharse en la compilación de rarezas Family Tree y en el sencillo de “Army of Me”).

Las letras del álbum versan sobre el amor, la lujuria, la melancolía y todo lo hacen con un lenguaje de abstracciones que a la vez son bastante elocuentes. La imaginería es totalmente vívida en temas como “Isobel” o “I Miss You” la cual queda perfectamente ilustrada con el video de John Kricfalusi al estilo Ren & Stimpy. “It’s Oh So Quiet”, un tema que ya había grabado la actriz Betty Hutton en 1981, se aparta totalmente de todos los temas del álbum usando una Big Band de Jazz, quizás haciendo un homenaje a Gling-Gló, el proyecto de Jazz con el que grabó en 1990.

El título del álbum obedece a que fue compuesto por Björk cuando se mudó a Inglaterra además de constituir una especie de carta llena de nostalgia por su natal Islandia y su sentimiento de aislamiento porque según ella los ingleses la veían como si fuera una loca. Es por ello que la blusa que porta en la portada tiene esa franja con colores azul, blanco y rojo que la hace parecer como un sobre postal. En el fondo vemos gigantescas postales aludiendo a que hay mensajes para sus seres queridos y cualquiera que reciba la misiva plasmada en el álbum.

El éxito del álbum fue rotundo. Seis sencillos se desprendieron de él. Ninguno guardaba similitud con el otro. Más de 400 mil copias fueron vendidas sólo en Gran Bretaña (y eso que de loca no la bajaban). Muchos otros tracks fueron grabados para este álbum pero quedaron fuera del tracklist que todos conocemos, aunque luego aparecieron como lados B de sencillos o en compilaciones como “Karvel”, “I Go Humble”, “Sweet Intuition” (con su sampleo de “Bedtime Story” de Madonna) y “Charlene”.

Homogenic y el reciente Vulnicura podrán ser buenos álbumes conceptualmente hablando, más uniformes, pero carecen del amplio espectro lleno de sorpresas mostrado en Post. Ni hablar del excesivo Biophilia que probó ser demasiado incluso para los más experimentados nerds con sus redes de apps, videos y demás multimedia. Sin embargo Post es la primera muestra de que nos encontramos ante una artista cuyas ambiciones creativas la llevarán a rebasarse y reinventarse constantemente con cada álbum, cosa que a pesar de lo que pudiera ser excesivo para muchos, se agradece infinitamente.

@ivannieblas

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