Apenas hace 29 años, murió uno de los héroes del Rock olvidados por el gran público: Phil Lynott. Este hombre, afroamericano e irlandés, fue el fundador, bajista, letrista y cantante de una de las más grandes bandas de Rock de la historia: Thin Lizzy.
Esta banda perfeccionó lo que ya hacían los Allman Brothers, Wishbone Ash y Lynyrd Skynyrd, y que muchos años después retomarían de Thin Lizzy bandas como Iron Maiden, Judas Priest, Def Leppard, Scorpions y muchos otros: las guitarras gemelas, provistas por Brian Robertson y Scott Gorham. La calidad vocal de Phil cautivó a muchos, con su voz inigualable que venía de lo más profundo del alma, al igual que sus letras que son de la más alta calidad poética y sensible, muy a la par de las de Dylan, Neil Young, Van Morrison o Springsteen, así de ese tamaño era el genio de Lynott.
El contexto cultural y personal de Phil era bastante interesante. Hijo de padre brasileño y de madre irlandesa, nació y creció criado por su abuela en la Irlanda católica de los 50. La música que creó con Thin Lizzy parecía conectar su herencia folklórica irlandesa con el romanticismo poético, enmarcado con sonidos de Hard Rock, Heavy Metal, Punk, baladas tradicionales y hasta algunas pinceladas de los New Romantics de los 80. Por supuesto, la vida de Phil estuvo plagada de los consabidos excesos del Rock: violencia, alcohol, mujeres, drogas duras. Sin embargo, su talento fue lo suficientemente grande para desviar la atención de ello y no pasar a la historia como otra caricatura del Rock. Vivió una vida plena y vertiginosa en 36 años. Es el gran icono del Rock en Irlanda (sorry, U2 ni figura).
Aunque muchos no tienen ni idea de quién es Thin Lizzy, todo mundo ubica canciones como “Whiskey In the Jar” (la cual no querían que saliera en la radio y sin embargo les dio su primer número 1 en las listas), “The Boys Are Back In Town”, “Jailbreak” o “Bad Reputation” en cuanto las escuchan. En 1986, Phil dejó de existir a causa de insuficiencias cardiacas y neumonía provocadas del abuso alcohol y las drogas que lo habían tenido en coma por 8 días (de hecho cayó en coma en plena Navidad de 1985), cuando sólo tenía 36 años.
Quizás Phil Lynott nunca fue tan famoso porque nunca lo tomaron en serio (y visceversa). Sin embargo, la estatua que se le hizo en Dublin, es un lugar de peregrinaje para los fans del Rock de todo el mundo. Sus ex-compañeros de banda se han encargado de mantener vivo su legado, aunque nunca ha sido lo mismo sin la presencia de Phil, por lo cual decidieron dejar de usar el nombre de Thin Lizzy y dejar su legado intacto y proseguir con su propia música bajo el nombre de Black Star Riders.
Acorde con el aniversario luctuoso de Phil Lynott, hace dos años se dio a conocer la existencia de 700 canciones inéditas de Thin Lizzy.
El material se denominó como “ Las Cintas Perdidas de Thin Lizzy”. La historia se remonta a 1986, cuando Lynott, a pocos días de fallecer, le dio a guardar 150 cintas a un personaje que hasta ahora se mantiene en el anonimato, con el objetivo de ponerlas a buen resguardo. El material fue adquirido por Universal Music (seguramente a muy buen precio) con el objetivo de lanzar una caja de colección, cosa que hasta ahora no ha ocurrido.
El amor que Lynott le tenía a Thin Lizzy se refleja en las cintas que atesoró a lo largo de los años, las cuales se reportó que contienen grabaciones diversas entre 1971 y 1981. Tomas alternas, canciones no editadas, covers y mucho más es lo que viene en este verdadero tesoro musical. No le bastaron 12 álbumes con Thin Lizzy, dos discos solistas y lo que hizo con Grand Slam, el proyecto que tuvo después de Lizzy. Universal reportó que serían los guitarristas de la banda, Scott Gorham y Brian Downey los que tendrían la palabra final sobre la selección de tracks a editarse sin que hasta ahora se tengan noticias al respecto.
En 2016, que marcará el 30 aniversario de su muerte, se espera que aparezca también una biografía plenamente autorizada por los herederos de Lynott.