Desde hace tiempo, una de las principales preocupaciones del hombre ha sido encontrar la forma de mantener sano y en buena forma su cerebro, propiciando así el surgimiento de varias teorías y ejercicios que, se dice, nos ayudarán a ejercitar este complejo y maravilloso órgano.
Sin embargo ¿qué actividades son las que realmente pueden ayudarnos a darle mayor rendimiento a nuestro cerebro?
Quizá se enteraron que hace unos días el profesor estadounidense John O’Keefe, junto con el matrimonio de origen noruego formado por May-Britt y Edvard I. Moser, ganaron el Premio Nobel de Medicina por su trabajo acerca del Sistema de GPS interno del cerebro.
Por medio de distintos experimentos con roedores, O’Keefe observó cómo se activaban diferentes tipos de células nerviosas en varias áreas del cerebro en función del lugar en el que una rata se posicionaba en un espacio cerrado, concluyendo que el cerebro de los roedores creaba un mapa del lugar donde se encontraba para proporcionarle un sitio en el espacio. Después el matrimonio Moser continuó la investigación y descubrió otras células (que fueron denominadas como cuadriculas) que definían posicionamientos e itinerarios precisos de forma coordinada.
Ambas investigaciones demostraron que las células de lugar y de cuadrícula permiten a las personas encontrar su posición y desplazarse correctamente en el espacio.
Estas investigaciones no sólo nos brindan nuevas rutas que nos aproximen a encontrar una cura contra el Alzheimer y otros padecimientos neuronales, sino que nos aporta datos que llevados a nuestra vida práctica, pueden ayudarnos a mantener en mejor forma nuestro cerebro. Aquí cinco de ellos:
1. Usa tu cerebro o resígnate a perderlo
Puede parecer obvio ¿no? Estudios revelan que las personas con más estudios o habilidades mentales, tienen menor incidencia en problemas de demencia. Sin embargo, esta relación no es tan simple, pues en un funcionamiento cerebral adecuado también intervienen otros factores como la alimentación, la actividad física o la estimulación mental, que en conjunto construyen una reserva cognitiva que le brindan a una persona mayor resistencia a estos padecimientos.
Por cierto, hasta ahora nadie ha dicho que los crucigramas, sudokus o demás ejercicios mentales ayuden a desarrollar más la mente… pero tampoco son perjudiciales.
2. Medicamentos neuro-estimulantes
Hay varios ejemplos de nootrópicos, también conocidos como drogas inteligentes, estimulantes de la memoria o potenciadores cognitivos. Uno de ellos es el Modafinilo, que estimula el sistema nervioso central y se usa para el tratamiento de la somnolencia excesiva (narcolepsia), aunque aún se discute si es mucho más eficaz que el café, sus efectos sí duran más tiempo.
También está el modafinilo, usado comúnmente por académicos y estudiantes que quieren sentirse más alerta. La profesora Bárbara Sahakian, de la Universidad de Cambridge encontró que los cirujanos que duermen pocas horas, se desempeñan mejor al consumir modafinilo, pues mejora la función mental y la memoria.
“Encontramos que el modafinilo mejora la motivación y la memoria de trabajo en personas sanas y hace que realizar las tareas sea más agradable”.
Aunque ojo, aún no se sabe qué tan seguro sea usarla a largo plazo. Mejor no le hagas mucho caso a este punto.
3. Evita dañarlo
El ambiente está lleno de neurotoxinas que pueden alterar a los genes, las proteínas y las pequeñas moléculas que constituyen nuestro cerebro. Mientras más joven es un cerebro, más susceptible es a estas sustancias químicas dañinas. Un documento del US National Scientific Council on the Developing Child, afirma que hay tres tipos de neurotoxinas que pueden afectar el desarrollo de un cerebro en desarrollo:
- Productos químicos ambientales como el plomo, el mercurio y los pesticidas.
- Drogas recreativas como la cocaína, la nicotina y el alcohol.
- Medicamentos recetados como el Roacutan, utilizado para el tratamiento del acné severo.
Los cerebros adultos suelen ser más resistentes a estas sustancias debido a la barrera de células que restringen la entrada de los productos químicos a la sangre de los tejidos cerebrales. Eso sí, en el caso del consumo desmedido de las drogas, el cigarro y el alcohol, estos afectan más a los cerebros desarrollados.
Esta bonita monografía de papelería lo ilustra:
4. Deja que la sangre fluya
El cerebro necesita tener un buen flujo sanguíneo para transportar desde nutrientes vitales, como el oxígeno, hasta productos de desecho que necesitan ser eliminados. La presión arterial alta, fumar, la diabetes no controlada, el colesterol elevado o la obesidad, impide un correcto flujo sanguíneo, y por lo tanto, que el cerebro se vea afectado.
Si quieres mantener tu cerebro saludable, lo mejor es no dejar de revisar estos factores de riesgo.
5. Llevar una dieta adecuada
Consumir ácidos grasos omega 3, así como antioxidantes como vitaminas B, C, D y E, tienen efectos neuroprotectores. Sin embargo, aún no se comprueba que estos nutrientes individuales nos protegen contra la demencia.
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¿Y ustedes cuáles de estas recomendaciones siguen?