Estamos despidiendo la década en grande: con un micrófono gigante y los reflectores puestos en las demandas sociales. Las manifestaciones que durante las últimas semanas han sacudido América Latina completita ya llegaron a Colombia, donde (a cacerolazos y con un tremendo ritmo) millones de ciudadanos protestan contra las medidas más recientes del gobierno del presidente Iván Duque.
Las calles de sus grandes ciudades, como Medellín, Cali, Barranquilla o Bogotá, quedaron tapizadas de manifestantes y en algunas regiones se ha declarado toque de queda por los disturbios. Van (al menos) tres muertos.
Si eres de los que les cayó de sorpresa que las protestas hayan aparecido en el país cafetalero, la verdad es que es un problema que no era tan mediático… pero ya se venía cocinando desde hace rato. Desde la desigualdad social de años hasta la división generada en las elecciones que vivieron en 2018, estas son los 5 puntos que necesitas para entender las protestas en Colombia contra el presidente Iván Duque.
El Paquetazo
No, no estamos hablando de tu botana favorita de la fiesta. Según los manifestantes, el gobierno de Iván Duque prepara un paquete lleno de reformas económicas, laborales y tributarias. Imagínense las reformas estructurales de EPN pero todas de sopetón. Como son muchas distintas y tienen la capacidad de cambiar la vida en Colombia para siempre, se le ha denominado ‘El Paquetazo’.
El gobierno ha dicho que no todas son verdad y aseguran que todavía no las presentan, por lo que pueden ser discutidas antes de que sean publicadas… pero igual levantan sospechas.
¿Qué medidas vienen en el Paquetazo?
La más sonada (y preocupante) es una reforma laboral que promueve que a los jóvenes que acaban de empezar a chambear se les pague solo el 75% del salario. También señalan que existe la posibilidad de aumentar las semanas necesarias para alcanzar la jubilación.
En las medidas, acusan, se incluye una reforma a las pensiones: quitar los fondos estatales de pensiones y dejar a los trabajadores en manos de aportes voluntarios en fondos privados.
Hay en el tintero también una reforma tributaria preocupante, pero que sigue muy ad hoc los conceptos del controvertido neoliberalismo. Los manifestantes señalan que planean disminuirle los impuestos a las grandes empresas y transnacionales pero encajarle el diente a las personas trabajadoras. Igual hay acusaciones de una nueva política de privatización masiva de empresas estatales y alzas en las tarifas eléctricas.
La educación
Durante los últimos meses, estudiantes universitarios de Colombia (públicos y privados, no crean) se han manifestado contra la situación del sistema educativo: planteles dañados, malos salarios a los docentes y corrupción entre los funcionarios.
Además, acusan que prometieron invertirle muchísima lana… pero nomás no se ve claro.
De loas 86 millones de dólares que el gobierno dijo que daría para la investigación científica solamente han invertido una cuarta parte. También están exigiendo que se cumpla con la promesa que hicieron de meterle mil 300 millones de dólares al presupuesto universitario de Colombia.
Los asesinatos de líderes sociales, campesinos e indígenas
La cosa está brava. En los últimos meses, una zona montañosa del suroeste colombiano ha sido escenario de una ola de preocupantes asesinatos.
Cerca de 150 activistas indígenas y líderes sociales han perdido la vida por la violencia en la región: entre grupos armados, paramilitares, narcotraficantes y disidentes de las FARC la cosa no estaba bonita. ¿La respuesta gubernamental? Enviar miles de soldados a la zona… pero esta medida ha terminado por violentar más la convivencia poniendo en peligro a los habitantes.
Sigue pendiente la pacificación
Algunas organizaciones están reclamando que al gobierno de Colombia le ha faltado cumplir con los acuerdos de paz establecidos con las FARC en 2016.
De acuerdo con la BBC, el coraje principal está en el punto cuarto del acuerdo: el gobierno de Duque no ha ayudado a sustituir gradualmente los cultivos ilícitos por otras alternativas. Eso ha ocasionado mayor pobreza en los campesinos y contribuye a la crisis de inseguridad en la región.