Un día como hoy pero de hace 85 años nacía en Rosario, Argentina Ernesto Guevara de la Serna, mejor conocido como “El Che”, revolucionario, comandante e ideólogo de la Revolución cubana, político, escritor, periodista y médico.

El Che Guevara, tal vez el comunista latinoamericano más reconocido en el mundo, quien pasó de ser un símbolo de protesta a un fetiche mercantil, un icono de la cultura posmo’.

Ernesto Che Guevara nació en una familia acomodada de Argentina, le detectaron asma desde pequeño, por lo que tuvo que mudarse varias veces desde su infancia. Cuando era joven, Ernesto sintió la necesidad de abandonar la casa, la ciudad, el país natal para irse por los caminos a recorrer el mundo, así surgió su famoso viaje por la América Latina en 1952, cuyos apuntes y crónicas fascinantes ha dejado en sus escritos, como un interés crítico por la actividad cultural de los pueblos que visita.

En 1955 llegó a Ciudad de México donde trabajó como fotógrafo ambulante y vendedor de libros, aquí conoció a Fidel y a su hermano Raúl, que preparaban una expedición revolucionaria a Cuba. Guevara hizo amistad con los Castro, se unió al grupo como médico y desembarcó con ellos en Cuba en 1956.

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El nuevo régimen revolucionario concedió a Guevara la nacionalidad cubana y le nombró jefe de la Milicia y director del Instituto de Reforma Agraria (1959), luego presidente del Banco Nacional y ministro de Economía (1960) y, finalmente, ministro de Industria (1961). Entre esos años, el Che abordó problemas de la sociedad cubana, lo que le posibilitó visionar y crear un ejemplo para las nuevas generaciones del continente americano y del mundo. Además, él mismo consideraba la necesidad de formación de un hombre nuevo y la consolidación de una ética revolucionaria en la Cuba que enfrentaba los inicios del despegue revolucionario.

Y cuando hablamos del ser humano integral recogemos sus palabras tan resolutivas sobre el papel de la mujer en los frentes guerrilleros, para decir que ser un hombre nuevo es también ser mujer. Para ser mujer beligerante, activa y dueña de sí misma e integrada en el nuevo modelo revolucionario en pie de igualdad con el hombre, decía el Che, había que integrarla con los mismos derechos y con los mismos deberes alejada de frustrantes marginaciones.

En aquellos años, Guevara representó a Cuba en varios foros internacionales, en los que denunció frontalmente el imperialismo norteamericano. El Che creía que no era necesario esperar a que las condiciones sociales produjeran una insurrección popular, sino que podía ser la propia acción armada la que creara las condiciones para que se desencadenara un movimiento revolucionario.

Bolivia lo recibió mal, fue delatado por campesinos locales y cayó en una emboscada del ejército boliviano en la región de Valle Grande, donde fue herido y apresado, los militares bolivianos, aconsejados por la CIA, quisieron destruir el mito revolucionario, asesinándole para después exponer su cadáver, cortarle las manos, fotografiarse con él y enterrarlo en secreto.

¡Apunte bien! ¡Va usted a matar a un hombre!, fueron las últimas palabras del Che

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La famosa foto tomada por Alberto Korda, que inmortalizó al Che, representa un paradoja: a la muerte del Che, su figura se transformó precisamente en aquello contra lo que luchó en vida; luego, la efigie recorrió el mundo gracias al editor Giangiacomo Feltrinelli, quien vendió millones de  pósters derivados de esa imagen en 1960.

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Su idea de combatir las condiciones reales de explotación que genera el capitalismo en el mundo, es igual o más vigente hoy para el conjunto global de los pobres del mundo.

“…el Che no sólo fue un heroico combatiente, sino que además un pensador revolucionario, un precursor de un proyecto político y ético por el cual luchó y murió. La filosofía que le da coerción, color y calor a su empuje ideológico es un profundo y original humanismo revolucionario. Para el Che, el verdadero comunista, el verdadero revolucionario es aquel quien considera los problemas de la humanidad su propio problema personal; aquel que siente profundamente cada vez que un hombre muere en cualquier parte del mundo; y se llena de una gran felicidad cada vez que aparece la bandera de la libertad en cualquier parte del mundo. Su internacionalismo, además de ser un modo de vida, una creencia secular, un imperativo categórico, y una praxis espiritual fue la más original, pura, combativa y concreta expresión de este humanismo revolucionario”. Michael Lowy

En 1997 los restos del Che Guevara fueron localizados, exhumados y trasladados a Cuba, donde fueron enterrados con todos los honores por el régimen de Fidel Castro.

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