El día de hoy se cumplen dos años de que Peña comenzó a gobernar el país. Estos dos años han sido muy agitados en la vida de los mexicanos. Mitofsky, El Universal y Reforma sacaron sus respectivas encuestas, así que vayamos a ver cómo califican los mexicanos al presidente:
Entre una economía que sigue estancada y una seguridad que… bueno, no existe, Peña salió ahora peor que reprobado.
Por otro lado, es muy interesante ver la manera tan diferente en que cada encuesta manejó la información de sus resultados:
Reforma
De acuerdo con la más reciente encuesta nacional de Grupo Reforma, la aprobación ciudadana al presidente bajó 11 puntos en el último cuatrimestre, situándose en un 39%. Éste es el nivel más bajo que ha conseguido un presidente mexicano desde 1995 en el inicio del sexenio de Ernesto Zedillo.
La encuesta divide las opiniones entre lo que dicen los líderes de opinión (académicos, políticos, empresarios y activistas) y lo que dicen los ciudadanos en general.
Según Reforma, la desaprobación del presidente, con respecto a cuando inicio su gobierno, se ha duplicado. Por otro lado, la aprobación se ha mantenido en los mismos números en el norte y sur del país, pero cayó en un 30% en el centro.
Por tema, la ciudadanía reprueba –en su mayoría– la manera en que se han tratado los temas de empleo, narcotráfico, corrupción y seguridad en el país (Peña no sólo está reprobado, los números tan altos de desaprobación nos hablan de una verdadera preocupación).
Dentro de su gabinete los funcionarios con menor aprobación son el de Función Pública (que debería ser el que atendiera los casos de corrupción), el titular de la PGR (Murillo Karam), el de Comunicaciones (recordemos los escándalos de las licitaciones de las obras como el tren Querétaro-México), el de seguridad (Monte A. Rubido García), el de Educación (Emilio Chuayffet), la de Desarrollo Social (Rosario Robles), Desarrollo Agrario (Jorge Carlos Ramírez), Hacienda y Crédito Público (Luis Videgaray) y Petróleos Mexicanos (Emilio Lozoya).
El Universal
La encuesta El Universal & Laredo muestra que el 41% de los ciudadanos aprueba el trabajo de Peña Nieto mientras que el 50% lo reprueba (en esta encuesta también bajó su popularidad, en este caso fueron 9 puntos porcentuales).
La encuesta de El Universal es distinta a la de Reforma, pues la del Universal es mucho más genérica. Así, encontraron que un 49% pudo mencionar alguna acción positiva cuando se les preguntó sobre lo mejor que había hecho Peña, mientras que el 67 % mencionó algo negativo al preguntarles sobre su principal desacierto.
Dentro de las acciones negativas, el 10% hizo alusión al tema de la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa (se destaca en este periódico que el avance de la investigación fue presentado por la PGR un día antes de que se iniciara el levantamiento de la encuesta).
Más de la mitad de la población considera que el gobierno de Peña está en su peor momento (54%), mientras que el 22% cree que está en su mejor momento.
También el 52% de la población cree que el país va por mal o muy mal camino.
Lo interesante de la encuesta es que también se preguntó sobre la percepción de la gente sobre su propia situación. El 40% de la población cree que su situación personal y familiar ha empeorado desde el inicio del sexenio, mientras que el 29% cree que ha mejorado y un 30% cree que sigue igual (aunque la gráfica distingue entre los que piensan que fue “algo peor” y los que dicen “mucho peor”, por lo que el término neutro parece mayor, aunque no lo sea).
Además solo un 38% cree que el presidente es capaz de resolver los problemas del país y el 35% cree que cumple lo que promete.
La mayoría de la gente ve al presidente como una figura extraña a su realidad pues solo el 38% cree que el Peña es cercano a la gente de su condición.
La clásica encuesta Mitofsky
Esta encuesta muestra que el 51% de la ciudadanía reprueba a Peña mientras que el 47% lo aprueba.
La forma en que están presentados los resultados de Mitoksfy son muy interesantes: mientras que El Universal desglosa lo negativo y lo positivo (haciendo que las partes neutras sean las más grandes dentro de su gráficas), Mitofsky presenta los resultados en términos de mera aprobación (es decir, no resalta los números negativos como lo hace, en su caso, Reforma).
Por ejemplo, el comentario que acompaña la siguiente gráfica dice:
«Mientras en mayo pasado el trabajo en áreas internacionales fue el rubro mejor calificado, hoy es superado por la educación pública, justo al inicio de un nuevo ciclo escolar y de presentar la evaluación de los maestros.
Suben, además de la educación, la atención al campo y el combate a la delincuencia y a la pobreza»
Es llamativo ver cómo es que la encuesta pretende demostrar las conclusiones anteriores pues, mientras todas las calificaciones son reprobatorias, se habla positivamente sobre la percepción de ellas. El comentario no habla sobre la percepción general que hay de las áreas evaluadas (que es reprobatoria), sino que compara cada área en particular y se concluye que el área educativa supera al área internacional.
Pero si nos fijamos bien, este cambio no fue porque la opinión sobre la educación haya superado increíblemente a la opinión sobre los asuntos internacionales, sino que, parte de este fenómeno responde a una caída de 2.6% del área internacional (de no haber caído así, la opinión sobre la educativa no la hubiera superado).
Esta otra pregunta es muy simpática porque compara la gobernabilidad con traer las riendas, como si el país fuera un caballo que se fuera a desbocar por sí mismo y no lo fuera a hacer por una mala dirección.
Aquí también es muy interesante la redacción, pues dicen que «los mexicanos juzgan a la reforma educativa como la más importante que ha hecho el presidente, seguida de la Cruzada Contra el Hambre». Claro que la reforma educativa solo tiene una mención del 6.7% y la cruzada contra el hambre tiene una del 6.5%. Lo que podemos concluir es que, de toda la gente que mencionó que algo era el mejor logro del presidente, solo el 6.7% consideró a la reforma educativa la mejor (comparándola con las otras opciones que tienen menciones aún menores).
Esta última gráfica es, creemos, una de las más valiosas, pues se muestran las respuestas según el segmento de la población. Así vemos que la gente que desaprueba más a Peña Nieto son los que tienen los estudios más avanzados, asimismo, son las personas con más recursos las que están en desacuerdo con su gestión (aunque la variación no es abismal).
La pregunta final que debe responder la actual administración es ¿cómo le harán para recuperar la credibilidad de la gente? Parece que hacen falta mayores acciones que reciclar una reforma judicial (que no se ha acabado de aplicar) o centralizar la policía (pues la gente no confía en esta institución ni en sus miembros, y lo único que notan es que se está perdiendo el federalismo).
Si Peña quiere terminar su programa bien y no pasar a la posteridad como el presidente menos popular de la historia, debe comenzar a hacer cambios verdaderos.