Parece imposible el acercamiento de una persona común y corriente a un futbolista de élite, nuestro único escaparate para poder tenerlos cerca es la televisión o una grada del estadio, por lo que la aparición de Ronaldinho en nuestro país y los fuertes rumores de su llegada a la Liga Bancomer MX nos hace morir tan solo un poco.
El brasileño es una leyenda viviente, un jugador con un carisma inigualable y, sin lugar a dudas, uno de los 10 mejores jugadores a nivel mundial históricamente. Estas características le darían un revulsivo para el futbol mexicano; que un hombre de tal envergadura pise las canchas mexicanas no sucede diario. Esto emociona porque hace muchos años no contamos con un verdadero ídolo.
Los mexicanos fácilmente formamos figuras, le damos a cualquier hombre el mote de “crack” y lo vanagloriamos como si fuese un héroe nacional. Dicen por ahí que “nos venden espejitos”, que cualquier cosa nos llena el ojo, como por ejemplo el regreso de Omar Bravo a Chivas, la vuelta de Leandro a Pumas o la llegada de Mina al América como sustituto del fallecido “Chucho” Benítez.
Pero, ¿hace cuánto realmente no existe un ídolo en nuestro país? Podríamos hablar de nombres como el “Chaco” Giménez, Oribe Peralta o hasta Rafael Márquez, pero la realidad es que estos hombres así como llegaron a la cima se van a esfumar, no son un Cuauhtémoc Blanco, ese hombre que aunque no seas partidario de su equipo, te hace soñar, te hace vibrar.
El 2005 fue sin lugar a dudas un año de ensueño para el “Temo”, logró después de un fructífera carrera levantar un título con el América, pero a partir de ese momento parece que nuestras ilusiones se vinieron abajo, pasaron los torneos y ni siquiera el “Chicharito” pudo convertirse en ese hombre que todo el mundo amara.
Hoy nos comienzan a meter a Ronaldinho hasta en la sopa, los trabajadores de Carlos Slim lo pasean por las zonas de mayor abolengo en la ciudad y hasta Elías Ayub hace chistes con él como si fueran los grandes cuates, todo esto propicia que nuestros ojos comiencen a brillar, que ya imaginemos todos los fines al astro pisando el Azteca, La Corregidora y hasta el Zoque.
A falta de un verdadero ídolo en el futbol mexicano… los mexicanos morimos por que realmente llegue Ronaldinho.