La Sedena informó que 1 oficial y 7 soldados que participaron en los hechos ocurridos el pasado 30 de junio en el municipio de Tlatlaya, Estado de México, en los que fueron asesinados 22 civiles, fueron puestos a disposición del Juzgado Sexto Militar.

En un pequeño comunicado, la Secretaría de la Defensa Nacional informó que los 8 militares se encuentran en la prisión del Campo Militar No.1 en la Ciudad de México y será la Procuraduría General de Justicia Militar la encargada de llevar el caso.

El texto dice que la razón es:

«por su presunta responsabilidad en la comisión de los delitos en contra de la disciplina militar. Desobediencia e infracción de deberes en el caso del oficial e infracción de deberes en el caso del personal de tropa; independientemente de las investigaciones que llevan a cabo las autoridades civiles conforme a su competencia en el referido acontecimiento».

Según el Universal los 25 militares que participaron en el caso Tlatlaya se encuentran en calidad de presentados. En caso de encontrarlos culpables serán procesados por delitos como desobediencia e infracciones al Código Militar.

En #AsíLasCosas habló al respecto Eduardo Castillo editor de AP (uno de los 2 medios, el otro es Esquire México, que publicaron recientemente testimonios de personas que estuvieron presentes).

Castillo, quien después de que el comisionado de la CNDH dijera que había sido un enfrentamiento y que la PGR dijo que estaba investigando, dijo:

«Una semana después la Sedena nos informa de la detención de esos 8 militares… no sabemos por qué… Debemos solicitar que nos informe qué es lo que han hecho».

No tenemos idea alguna de a dónde nos llevarán las investigaciones de la CNDH, ni de la PGR:

«Esto apenas empieza en términos de detenciones».

Aún no sabemos bien qué pasó:

«Finalmente, la pregunta central de qué pasó, no tenemos elementos para saber la respuesta, salvo los testimonios de la mamá».

Sobre la investigación:

«Hemos solicitado más información, más reuniones, pero hasta el momento no hemos sabido más de lo que hemos publicado. Supimos de la detención de los militares gracias a Sedena como los otros medios»

El material fotográfico analizado por un criminólogo

El material fotográfico que se entregó a la agencia MVT –analizado por un criminólogo– da elementos para suponer quiénes serán los primeros militares que se enfrenten con autoridades civiles… Eso si realmente se aplica lo dicho por el titular de la Secretaría de la Defensa Nacional.

Sin mencionar el caso directamente, pero con clara alusión a la ejecución de 22 jóvenes ocurrida en Tlatlaya, Estado de México, caso en el que se acusa a elementos del Ejército, el general secretario de la Defensa Nacional, Salvador Cienfuegos Zepeda, aseguró que aquel militar que no respete los derechos humanos será puesto a disposición de las autoridades correspondientes: ‘‘Nuestro compromiso es y será, a pesar de los riesgos a los que se ven expuestas las tropas, proteger a la sociedad a la que nos debemos, respetando irrestrictamente los derechos fundamentales’’.

Pues cómo no intentar que la opinión pública crea que ahora sí los miembros del Ejército sentirán el rigor de la ley civil, si el caso de Tlatlaya ha atraído la atención de medios nacionales e internacionales y hasta autoridades estadounidenses han exigido una indagación de los hechos.

cienfuegos

Aunque hace algunos días la Sedena señaló que la muerte de los 22 jóvenes del Estado de México fue producto de un enfrentamiento entre presuntos delincuentes y militares, se han presentado testimonios que afirman que por lo menos 14 de los ejecutados fueron “acomodados” para recibir disparos a corta distancia: ‘‘Para que un impacto de bala de ese calibre (de fusiles M-1) deje un boquete en la pared luego de atravesar un cuerpo, se necesita que se dispare a menos de 30 centímetros de la víctima’’, comentó el criminólogo José Luis Mejía Contreras.

Al analizar las fotografías de los hechos ocurridos el pasado 30 de junio, Mejía llegó a la conclusión de que la escena presentada por las autoridades ‘‘fue totalmente manipulada; hubo cuerpos que fueron sembrados y se desaparecieron evidencias (…) Si la confrontación fue entre quienes estaban dentro y los militares fuera de la bodega, había una distancia de entre 20 y 30 metros entre unos y otros, por lo que cualquier disparo de los militares se tuvo que alojar en el cadáver, ya que ningún arma es capaz de atravesar un cuerpo y luego impactar en la pared y dejar un boquete”.

Entre otras irregularidades que el criminólogo detecta en las imágenes tomadas antes de que personal de la Procuraduría General de Justicia del Estado de México llevara a cabo el levantamiento de los cuerpos, está el hecho de que los peritos no colocaron los letreros que indican la existencia de casquillos percutidos por las víctimas; también mostró extrañeza por la localización de los impactos: todos en pecho y abdomen, ninguno en la cabeza.

En los mismos datos periciales ofrecidos se encuentran elementos con los que es posible inferir que los jóvenes fueron sometidos: “las víctimas presentan, todas, manchas de lodo en las rodillas, y otras más en el pecho, y luego aparecen los cadáveres tirados sobre piedras en un terreno totalmente seco”.

Por si lo anterior no fuera suficiente, las imágenes también evidencian incongruencias en la dinámica de los cuerpos que son abatidos durante un combate: ‘‘En la escena que observamos a partir de las fotografías y la manera en que fueron fijados los cadáveres, más de cinco cuerpos cayeron totalmente de espaldas, uno más de frente, pero ninguno observa el giro natural que se presenta al recibir un impacto de bala de grueso calibre a más de 20 metros de distancia, lo que evidencia que esas personas fueron sacrificadas en un sitio y luego arrastradas al lugar donde se montó la escena, y a todos los tiraron de espaldas para hacer creer que así cayeron, lo cual es imposible’’, señaló Mejía.

De ser ciertas las advertencias de Cienfuegos, seguramente no habrá problema para candidatear a los militares que participaron en el “operativo” de Tlatlaya para ser los primeros en pasar por el rigor de la justicia civil… Presuntamente los jóvenes eran delincuentes, pero ya se habían rendido y se encontraban desarmados. Todo podría indicar que fue una flagrante ejecución.

En todo caso, queda hacernos varias preguntas ¿quién mandó estas fotos?¿quién las tomó? y, sobre todo ¿por qué hasta ahora estas imágenes salieron a la luz?

@plumasatomicas

*Vía La Jornada, Proceso / Fotografías de la Agencia MVT

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