Se cree que en el deporte existe un cierto compadrazgo, que a pesar de ser rivales de cualquier disciplina, antes que otra cosas son compañeros de profesión, pero no es así y lo pudimos ver con claridad en Montecarlo, un circuito lleno de todo.
Estuvimos ante una de las mejores carreras del año en la Fórmula Uno, la cual tuvo dos protagonistas, Nico Rosberg, que dominó de principio a fin y Checo Pérez, quien le dio sabor a la carrera, hasta que uno de sus rivales, en específico Kimi Raikkonen, trató de manchar su nombre.
Se supone que este deporte es elitista, por lo que debe tener personajes que tengan buena educación, que son parte de una empresa importante, como lo es Lotus y que dan la cara en la pista por ellos, pero al parecer eso no le importó a Kimi que llamó idiota al mexicano de McLaren: Ese idiota casi me pega. Me hubiera arruinado la carrera.
Hay un principio básico de imagen que dice: La imagen de titularidad, permea en la institución, cosa que deberían enseñarle al piloto finlandés, ya que esto es un precedente que seguro nunca se había dado en la F1 y menos de una manera tan descarada.
Checo corrió la carrera muy revolucionado, rebasó a Fernando Alonso de gran manera, aunque éste fue por fuera de la pista y no lo permitió, de igual manera a su coequipero, Jenson Button y se puso como meta rebasar a Raikkonen, pero no pudo hacerlo debido a un abandono.
Fue así que el piloto de Ferrari, quien en las pistas al parecer es diferente que detrás de una cuenta de Twitter (@alo_oficial) Fernando Alonso, le dedicó unos cuantos tweets elegantes, tanto a Checo como a la FIA, uno que le quitó su posición y al otro por haberle dicho que dejara pasar al mexicano por una mala maniobra:
Posiblemente el mexicano no es el mejor piloto del Gran Circo, pero indiscutiblemente hoy fue mejor que cualquiera de los que lo acusan e insultan, aunque no tuvo suerte.