Bueno, no podrán negar que la estrategia de seguridad se está implementando a nivel nacional.
Si hay quienes se aventuran a decir que lo ocurrido en Guerrero es un hecho aislado y las autoridades policiacas siempre trabajan con apego a protocolos y respeto a derechos humanos, pues sólo deben echar un vistazo a los medios locales de cualquier estado de la República y se darán cuenta que la cosa no es así. Aquí sólo dos probaditas de cómo se resguarda la seguridad, ¿de quién?
En Coahuila un menor de edad se dirigía a su casa luego de estar con su novia. Sin embargo, para su mala suerte en la zona se había registrado una riña entre un grupo de jóvenes y a la policía le urgía esclarecer el caso –o ir a echarse unos tacos– por lo que decidieron cortarle el paso a César X –como ha sido identificada la víctima– para hacerle el procedimiento de rigor… es decir, sin ningún motivo cuestionar el motivo por el que se hallaba en ese lugar.
Como las respuestas del joven no fueron las esperadas, los tripulantes de la patrulla 12728 de Saltillo, Coahuila, iniciaron lo que les marca el manual: comenzaron a golpear al adolescente en las piernas con sus toletes, pero sólo con la fuerza necesaria… para dejarlo con una fractura expuesta de tibia y peroné.
Según los familiares del joven, los guardianes del orden tuvieron la delicadeza de no desaparecerlo y mejor lo dejaron tumbado en la calle, en donde permaneció hasta que paramédicos de la Cruz Roja lo auxiliaron y trasladaron al hospital. “A mi hijo hasta le quedaron los huesos expuestos por la golpiza que le dieron”, señala el padre del agredido, quien espera que se dé con los responsables y se les aplique un castigo penal. Para ello realizó la denuncia de los hechos ante la Procuraduría General de Justicia del Estado.
Pero quienes no tuvieron tanta paciencia con la justicia fueron los pobladores de Bolonchén del Rejón, Campeche, quienes al saber que uno de los pobladores de su localidad fue asesinado a golpes por policías de Hopelchén –cabecera municipal de la región– saquearon e incendiaron diversas oficinas administrativas.
El ingeniero agrónomo, Denni Abraham Canché Trejo, el pasado sábado fue detenido por un retén policiaco instalado frente al mercado de la región. Eran aproximadamente las 5:30 de la tarde y el hombre de 39 años iba acompañado por sus familiares cuando los policías le detectaron aliento alcohólico: “Los servidores públicos solicitaron al conductor su licencia de conducir, al tiempo que le indicaron a todos los ocupantes que bajaran de la camioneta, pero éstos se inconformaron con la revisión, generando un desacuerdo, motivo por el que fueron retenidos con violencia Denni Abraham Canché, Irving Abnal y Rossel Orlando Canché”.
Según reporta El expreso de Campeche, los detenidos fueron esposados y subidos a una patrulla tipo pick-up número 597; durante el trayecto para dejarlos en manos de las autoridades correspondientes, los civiles fueron agredidos físicamente, pero especialmente Denni Abraham, quien recibió varios golpes en diversas partes del cuerpo. Al llegar a Hopelchén, el director de Seguridad Pública notó que Denni apenas tenía signos vitales, por lo que fue llevado a un hospital. Lamentablemente, al llegar al nosocomio los doctores indicaron que el hombre ya había fallecido.
Medios locales identifican a los policías responsables como Carlos Manuel Pérez Pino, José Gabriel Rivero y José Felipe Ortega, además de los agentes de la Policía Estatal Preventiva Eduardo Antonio Kuk, Esteban Salomón y José Luis Cahuich. No obstante la noticia del fallecimiento del ingeniero agrónomo generó la indignación de los pobladores de Bolonchén de Rejón, quienes se dirigieron a la cabecera municipal:
“Los inconformes incendiaron el palacio y saquearon diversas oficinas, desde la Tesorería, Contraloría, departamento de Agua Potable y la oficina del presidente Pedro Osorno Zapata. Fueron incinerados anoche y se quemaron los archiveros, documentos, hasta las fotos de las autoridades desaparecieron”, reportó el medio local Por Esto.
Como ya es usual de los representantes de gobierno, el presidente municipal, el priista Osorno Zapata “huyó junto con los agentes estatales y municipales para evitar ser linchados”.
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