¿Qué tienen en común el Reino Unido y Ruanda, un país en el centro de África que, además, nunca fue colonia británica? Absolutamente nada… mas que un extraño acuerdo recién firmado que ha provocado bastantes polémicas. Un acuerdo para que los migrantes que crucen el Canal de la Mancha sean enviados de regreso, 6 mil kilómetros al sur.
“Un boleto de ida a Ruanda”, explicaba la BBC.
Aunque los detalles específicos siguen en el tintero —apenas se acaba de firmar el compromiso— este acuerdo plantea una solución compleja para los más de 28 mil migrantes que, en promedio, llegan en bote al Reino Unido anualmente.
La medida es… sorpresivamente simple de explicar. Todas las personas que lleguen en bote, por el Canal de la Mancha, al Reino Unido serán deportadas a Ruanda. De acuerdo con los adelantos presentados, este acuerdo se enfocará especialmente en los hombres mayores de edad, denominados “migrantes económicos” por el gobierno británico.
Ruanda, a su vez, recibe 144 millones de euros.
Con ese dinero prometen mantener centros de retención. Ahí, se comprometen a considerar a los migrantes como personas en busca de asilo para darles servicios de salud, programas sociales o acceso a empleo.
El polémico acuerdo entre Reino Unido y Ruanda
“Nuestra compasión podrá ser infinita, pero nuestra capacidad de ayudar a las personas no lo es”, decía Boris Johnson en un discurso desde Kent, ubicado en la costa sur del Reino Unido, una de las comunidades que más migrantes recibe. El primer ministro británico retomó mensajes sobre recuperar el control de sus fronteras.
Como se imaginarán, esta medida ha sido recibida con muchísima preocupación.
La realidad es que la migración se ha convertido en un complejo problema para el Reino Unido. En menos de un año se ha triplicado el número de personas que llegan y estiman que podría aumentar hasta tratarse de mil personas diarias. Sin embargo, muchos dudan que esta sea la respuesta.
A través de la Agencia para los Refugiados, la ONU prendió las alertas por este acuerdo con Ruanda. Criticaban el altísimo costo, las violaciones a los acuerdos internacionales o como, medidas prohibitivas como esta, terminaban ocasionando detenciones masivas.
Señalaron que el Reino Unido se olvidaba por completo de todas sus responsabilidades. Que nomás le echaban dinero al problema, pues.
Otros especialistas también han comentado que, probablemente, Ruanda no sea la mejor opción para llevar a cabo este programa. Aunque se habían propuesto otros países como Albania o Ghana, el país en el centro de África terminó firmando el acuerdo con el Reino Unido a pesar de sus pendientes… por decirle de alguna manera, en materia de Derechos Humanos.
La asociación Human Rights Watch (HRW) comenta que tienen un problema severo de desapariciones forzadas.
En Ruanda, acusan, los líderes políticos arrestan a quienes consideran amenazas. Mencionan también que las detenciones arbitrarias y acusaciones de tortura a personas en pobreza podrían afectarían a los nuevos migrantes llegados del Reino Unido.