Ahhh… el beisbol. El rey de los deportes. La pasión de la mayoría de los estadounidenses. Muchas familias se dan cita en el parque para ver a sus ídolos sobre el diamante. Por otro lado, hay unos que solo van a ver el bat y las pelotas.
El lunes se llevó a cabo el partido entre los Cachorros de Chicago y los Piratas de Pittsburgh. Todo con muuucha normalidad. Algo que está padre en los estadios de beisbol es que en cualquier momento las cámaras atrapan a los aficionados en momentos divertidos y los pasan por las pantallas gigantes.
En esta ocasión la cámara “suichió” a un hombre que al parecer tenía mucha hambre. Creo que intentaba llamar al vendedor de salchichas que se encontraba hasta el otro lado del estadio, pero no le hizo caso.
Así que desde su privilegiado lugar detrás del home, intentó decirle al jugador de los Piratas y al umpire que tenía hambre y que necesitaba al repartidor de las salchichas.
En su desesperación y ante la nula presencia de comida, el aficionado pues… comenzó a divagar y puso especial atención en el bat y las bolas. No precisamente en el desarrollo del juego, la verdad si le preguntan cómo quedó el partido, les apuesto que no tendría idea.
Su hambre se tornó en jocosidad y los aficionados que tenía alrededor lo dejaron solo para que expresara libremente su deseos carnales que le salían directo del corazón.
Lo más bonito es que a pesar de las miradas, el aficionado siempre mostró una sonrisa (pillín). Sin embargo, esta se le borró tristemente cuando las autoridades del estadio lo sacaron.
Vean ustedes al hambriento aficionado
Chale y solo quería una jugosa salchicha… Al menos se divirtió un rato