El racismo es algo que simplemente no debería existir en ningún ámbito de la vida, mucho menos en el deporte. Lamentablemente, este tipo de insultos comienzan a ser comunes en el futbol mexicano, en donde ya están tomándose medidas para prevenir estas manifestaciones.
Durante las últimas semanas presentaron dos incidentes relacionados con insultos discriminatorios en partidos de la Liga MX. Primero fue un grupo de la porra de los Pumas en su visita al estadio del León quienes cayeron en actitudes racistas, y la semana pasada, fue un sector de los aficionados del Atlante los que insultaron de forma racista a los jugadores Enner Valencia y Walter Ayoví, del Club Pachuca.
Debido a estos hechos, el Grupo Pachuca anunció mediante un comunicado de prensa el veto a varios aficionados del Atlante, a quienes se les negará la entrada a los estadios que administran:
“Se ha tomado la determinación de no permitir, de manera definitiva, la entrada a los inmuebles estadio León, 3 de Marzo y Miguel Hidalgo a los seudoaficionados que se muestran en el video publicado en nuestras redes sociales”.
En el video se pueden escuchar algunos de los insultos dirigidos tanto a Valencia como a Ayoví, y se ven algunos de los aficionados que participaron en ellos.
Éste es el video que Grupo Pachuca considera como “prueba fehaciente de hechos acontecidos en la jornada 7 del Clausura 2014, donde nuestros jugadores Enner Valencia y Walter Ayoví fueron víctimas de sonidos racistas por parte de algunos elementos de la porra atlantista”.
En el mismo boletín se menciona que con esta decisión se espera sentar un precedente para impedir el ingreso a los estadios a los aficionados que incurran en manifestaciones discriminatorias, “tendremos cámaras de video que grabarán permanentemente a las porras para detectar actos que empañan a nuestro futbol”, refiere el comunicado.
Para terminarla de amolar, esos aficionados podrían afectar a su club, ya que de acuerdo al artículo 5 del Apéndice III del Reglamento de Sanciones de la Liga MX:
“Si los espectadores observan un comportamiento que sea de alguna forma racista o que denigre al ser humano, se descontarán automáticamente, en el caso de la primera infracción, 3 puntos al equipo del que se trate, siempre que pueda identificarse fehacientemente al infractor”.
En caso de que alguien presente una protesta formal por lo ocurrido el pasado sábado 15 de febrero, Atlante podría perder los 3 puntos que ganó en el terreno de juego, lo cual sería catastrófico para los Potros debido los problemas de descenso que actualmente enfrenta.
Para muchos los insultos al rival en un estadio de futbol son normales y forman parte del folklore, pero ¿en qué punto estos se convierten en racistas? Suponemos que es cuestión de enfoques, ¿o ustedes qué piensan?