Justo cuando pudo vestirse de gloria con la detención de 37 delincuentes de un jalón, el gobernador de Veracruz, Miguel Ángel Yunes, hizo un “Javier Duarte” y de esta manera minimizó los robos que sufren los comercios locales.
Para que no lo extrañen, el nuevo gobernador jarocho, Miguel Ángel Yunes, hizo una nada elegante evocación del ex mandatario/prófugo de la justicia al minimizar la ola delictiva que imperó en la pasada temporada vacacional en la zona Veracruz-Boca del Río. Sin desmentirlos, Yunes aseguró que estos robos son “fundamentalmente” hurtos muy pequeños… cosa de nada: “cien pesos y una Coca Cola”, aseguró.
Tiene sentido: si antes, los ladrones (suponemos que niños) sólo robaban “frutsis y pingüinitos” –como dijo hace uno años Duarte– ahora que ya están grandecitos, han abandonado el gusto por las golosinas…
Durante la sexta reunión del grupo de Coordinación Veracruz, Yunes remarcó que, cuando los delincuentes se ponen más ambiciosos, los robos en la mencionada zona turística no rebasan los 4 mil pesitos… sin embargo, aunque no significan mucho “nos preocupa todo, cualquier hecho delictivo”.
¡Qué!, ¿Treinta y siete delincuentes de un jalón?
Ahh, sí. Parece que los delincuentes en Veracruz hicieron cena de fin de año o algún tipo de convención, ya que el pasado 31 de diciembre 37 de ellos fueron apañados en bola, en la Ciudad de Poza Rica.
De acuerdo con Yunes, los detenidos están ligados al secuestro de una víctima y a otros delitos, como al uso de armas y venta de drogas. Claro, la aprehensión de tanto delincuente de un solo golpe no fue producto de la casualidad, sino resultado de “tareas de inteligencia, en las que participaron tanto las fuerzas armadas como la PGR, además del Cisen y dependencias del gobierno del estado aquí representadas”.
Durante el operativo, se logró la liberación de una persona secuestrada, así como el aseguramiento de armas y drogas… pero ninguna bebida gaseosa. No le hace, esos ya caerán.