Como las manifestaciones recientes se han salido de control y Claudia Sheinbaum todavía no agarra vuelo para organizar el changarro, el Poder Ejecutivo Federal ya tuvo que intervenir… un poquito. En vísperas de la movilización del 2 de octubre en la CDMX, AMLO le pidió públicamente a los asistentes que lleven la fiesta en paz. “Que se actúe como lo hicieron en su momento Gandhi, Mandela, Martin Luther King y otros luchadores sociales”, mencionó.
En el mismo mensaje, también retomó su compromiso con la no represión y aseguró que permitirán el derecho a la manifestación.
“No somos un gobierno represor, nosotros surgimos para que nunca más se reprima al pueblo, que nunca más sucedan hechos tan lamentables como la represión del 2 de octubre del 68 a los estudiantes. Nosotros llegamos aquí para que no se repitan esos hechos, este no es un gobierno autoritario. Por lo mismo, pedimos que nos ayuden y que la manifestación sea pacífica, que no se afecten comercios, que no haya violencia y que se cuide al patrimonio histórico“, señaló.
Además, le pidió a todos los manifestantes que sean ellos quienes ayuden a buscar posibles infiltrados en la manifestación del 2 de octubre.
Como la respuesta que dio el presidente era más que esperada, la reportera de la conferencia matutina se desesperó —échenle un ojo a la enojada— y le pidió a AMLO que le dijera concretamente qué tenía preparado el Gobierno “en materia de prevención”.
Y ahí comenzó el enredo.
“Habrá vigilancia, sin represión”, dijo el presidente. Y ya, hasta ahí… bueno, la conferencia duró 12 minutos más pero no dijo nada sobre el operativo que tienen preparado para este próximo 2 de octubre.
Respecto al actuar de Claudia Sheinbaum solamente adelantó —muy poquito— que el Gobierno de la CDMX tiene un tremendo plan para contener la manifestación: que se hagan cordones ciudadanos que “procuren la paz y eviten la violencia”.