Por si no están enterados, ayer además de ser domingo, también fue el día en que el Partido Acción Nacional (PAN) eligió a su nuevo dirigente nacional. El menú estaba entre el ya conocido y nada carismático Ricardo Anaya y el más experimentado, pero no muy arropado Javier Corral. A final de cuentas uno de los dos arrolló en las elecciones.
Y ése fue Anaya, quien con sólo 36 años ya puede presumir que dirigió interinamente al blanquiazul y ahora, tras el término del periodo de Gustavo Madero, vuelve a la cabeza del partido conservador tras obtener el 81% de los votos, esta vez de manera permanente… bueno, lo que tenga que durar su administración.
Según el reporte preliminar, con cerca del 86% de las actas computadas, el nuevo líder panista llega a su dirigencia con una participación cercana al 50% del total del padrón de afiliados. Los números que alcanzó Anaya son contundentes, Javier Corral solo consiguió el 16% de los sufragios.
Los que siguieron de cerca las campañas de Corral y Anaya sabrán que aunque compañeros de partido, no simpatizaban en casi nada… y las descalificaciones entre ellos estaban de a peso. Ahora, tras los resultados de la contienda, muchos podrían pensar que todo se olvida, se dan la mano, abrazan y como si nada: vuelven a trabajar juntos… para nada.
Después de conocer su triunfo, Anaya quiso conciliar las cosas: “la contienda ha quedado atrás, es tiempo de reconciliación. Seremos una oposición crítica frente a un Gobierno que aumentó los impuestos y frente a un desastre en la economía”… Por su parte, Corral dice que aunque reconoce su derrota, a él puras habas:
“No le levantaré la mano a Anaya, claro que no, no confiamos en él ni en ese equipo… los resultados favorecen a Anaya, pero su triunfo está trazado por la simulación, la corrupción la inequidad y un padrón inflado”, sentenció.
Durante los comicios, el senador con licencia denunció que en por lo menos ocho de los 32 estados de la república tuvo registros de actos de “acarreo” en favor del ahora líder electo Ricardo Anaya:
“Es una contienda entre dos culturas: una panista que se empeña en servir al país (…) y otra cultura priísta que hay invadido al PAN, que le apuesta al dinero, al acarreo y que incluso ha llegado a intimidar, a chantajear, que se constituyen en la cargada (…) me resulta sorprendente (…) que quienes han dicho desde el principio de esta contienda que tienen el 80% de los votos recurran a un acarreo masivo y hormiga en varias partes del país”, señaló Corral a reporteros, luego de emitir su voto.
Se podrá decir lo que sea del PAN, pero de que su elección de dirigente estuvo más entretenida y peleada que la del PRI con su candidato único Manlio Fabio Beltrones, ni dudarlo… y ya ni hablar del PRD, donde con sólo 10 meses de administración ya dijo adiós su líder, con todo y los millones que se gastaron para elegirlo.
*Vía Reforma