La Chingada, es el nombre del rancho que Andrés Manuel López Obrador heredó de sus padres en el año 2000.
La propiedad ubicada en el estado de Chiapas, tiene un valor de 25 millones de pesos y cuenta con una extensión de 13, 341 metros cuadrados.
Fue hasta 2007, cuando el eterno candidato sacó sus escrituras del terrenito, pero hasta 2012 se hizo público que era propietario de dicho lugar.
Pues bien, para no entrar en problemas de multipropiedades y cuestionamientos sobre su patrimonio, el tabasqueño heredó el rancho a sus hijos, para que ellos dispusieran a voluntad de la propiedad.
Pero el asunto se pone interesante… Porque de acuerdo a las escrituras de la propiedad, la herencia a los hijos de AMLO fue hecha bajo los términos de ‘usufructo vitalicio’, esto le da la facultad de disponer de las ganancias producidas por el terreno, aunque en los documentos oficiales no aparezca como dueño.
Además, de los 13, 341 metros cuadrados totales, 12, 179 metros cuadrados fueron repartidos a sus 4 hijos, Andrés Manuel, José Ramón, Gonzalo Alfonso López Beltrán y Jesús Ernesto López Gutiérrez; mientras que el líder de Morena se quedó para él 1, 162 metros cuadrados.
De acuerdo al abogado investigador Emilio Peña, las características de este usufructo vitalicio indican que los dueños legales no pueden poseerlos, ni usarlos, ni verse beneficiados de ninguna ganancia que genere el predio, hasta que AMLO pase a mejor vida; refirió a Excélsior.
El registro de la herencia también siembra dudas. Las cuatro cesiones a los hijos están fechadas entre el 1 y el 10 de abril de 2013, pero las escrituras tienen fecha anterior, el 27 de diciembre de 2012. Las escrituras están firmadas por el notario público 74, Freddy Ignacio Carballo Aguilar, en Palenque, Chiapas.
Y por supuesto que nada de esto apareció en su declaración patrimonial 3 de 3, dada a conocer hace unas semanas por López Obrador; en la que aparece su hijo menor como dueño absoluto del rancho La Chingada.
¿Será que por eso no quiere debatir sobre su declaración patrimonial?
