A todos les ha pasado, sobre todo a las mujeres: entran a un baño y se topan con el asiento del excusado lamparoso y salpicado por un líquido de dudosa procedencia. Hay quienes prefieren aguantarse las ganas, mientras que otros valientes limpian el desperfecto con papel higiénico.
Por años, el tema de la salpicadera de orina en los asientos de la taza del baño y alrededor de los mingitorios ha generado asco, pleitos entre hombres y mujeres y hasta rupturas amorosas. Ellas se quejan de que somos descuidados, que nada nos cuesta cuidar hacia donde apuntamos y continuamente somos juzgados de puercos.
Ante eso, en Sopitas.com queremos hacerle un servicio a la comunidad y difundir los resultados de un estudio realizado por un grupo de físicos de la Universidad Brigham Young, en Provo, Utah, quienes investigaron la dinámica de la orina al salir del cuerpo humano y elaboraron una guía para disminuir en buena medida la salpicadera de pipi.
La investigación fue dirigida por Tadd Truscott y Randy Hurd, quienes en broma se hacen llamar los “wizz kids” (en inglés wizz es sinónimo de orinar), y sus conclusiones serán presentadas a fin de mes en la próxima reunión de la Sociedad Estadounidense de Física.
“La gente me pregunta, ¿hablas en serio? Les digo que sí, que esto puede parecer chiste de preadolescente, pero también es un problema real. Todos hemos estado en baños asquerosos con charcos en el suelo. Estos lugares son un caldo de cultivo para las bacterias”, comentó Truscott.
No creas que pare el estudio trabajaron con gente haciendo chis, sino que más bien construyeron un simulador que disparaba agua coloreada en distintos tipos de inodoro y mingitorios, con la presión y velocidad de la orina normal. Para capturar lo que ocurría, usaron cámaras de alta velocidad con la que filmaron chorros de líquido que chocaban con las paredes del interior de las tasas del baño y estudiaron el comportamiento del líquido rociado.
Así vieron que la salpicadura se presentó debido a un fenómeno al que se le conoce como inestabilidad de Plateau-Rayleigh, que provoca que la corriente de líquidos al descender rompa en pequeñas gotas.
“El chorro de orina masculina se rompe a unos 15-18 centímetros de la salida de la uretra. Así que para el momento en que llega al urinario, ya está en forma de gotas. Y estas gotitas son las responsables de la formación de salpicaduras en sus pantalones de color caqui”, comentó Hurd, que además nos dejó un consejo útil:
“Cuanto más cerca esté, mejor. Si usted impacta el chorro contra la taza, es mucho menos caótico”.
Tras indagar con sus amigos y conocidos sobre la distancia a la que orinan cuando van al excusado, Hurt comentó:
“Resulta que uno está cinco veces más lejos cuando se pone de pie. Y eso es una diferencia muy significativa en la velocidad de impacto de las gotas de la orina. Parece que sentarse es la mejor manera de evitar salpicaduras no deseadas en un inodoro tradicional”.
Pero, si lo tuyo es hacer parado, no te preocupes, también hay una solución cuando estés en un excusado o en un urinario: párate ligeramente hacia un lado y apunta con un bajo ángulo directamente a una de las paredes verticales. Al parecer estas indicaciones no están del todo erradas, de hecho hay varios países en los que las superficies de los baños tienen señalado un punto hacia donde es aconsejable apuntar.
Eso sí, como existen tantos tipos de baños, Truscott aconseja a los hombres y mujeres (sobre todo a los primeros, que son los más salpicadores), ser artísticos (?) y encontrar el ángulo adecuado en el que la orina golpee lo antes posible la pared del baño.
Por cierto, el que la mayoría de baños públicos y domésticos sean de porcelana tampoco ayuda.
“La mayoría de las superficies en las que orinas, como la porcelana, son hidrófilas, lo cual es una desventaja. El agua se propaga a través de ellas, creando un charco con el cual salplicar”, comentó Hurd.
¿Qué les parece? Habrá que ponerlo en práctica y ver si nos funciona. Y si no, pues nunca falta el típico y cumplidor papel de baño alrededor del asiento de la tasa.