Andrei Grachev es un fotógrafo ruso de 35 años que recientemente se jugó la vida para tomar unas fotografías en el interior de una gruta helada en la isla de Olkhon, ubicada en el lago Baikal, en Siberia.
Y cuando decimos “se jugó la vida” es porque realmente lo hizo. Para poder captar una mirada poco común desde el interior de esta gruta durante el amanecer, Grachey se desplazó sobre en su vehículo sobre el inestable hielo de este lago congelado.
Entre la isla de Olkhon y la otra orilla, hay unos 50 autos que han terminado en el fondo de estas gélidas aguas, debido a que en el pasado muchos viajeros que habían intentado alcanzar esa gruta y accidentalmente rompieron la capa del hielo sobre la que andaban, cayendo a las aguas heladas del lago Baikal, considerado el más profundo del mundo y que permanece congelado de enero a mayo.
Esto dijo Grachev sobre experiencia:
“Decenas de accidentes se registran aquí cada año. Los coches colapsan bajo el hielo y por supuesto hay víctimas. El peligro proviene de la capacidad de moverse en el hielo, lo que resulta en algunas grietas muy anchas.
El sonido del hielo agriétandose por debajo de los pies es irritante, pero te acostumbras a ello. La mayoría de los accidentes ocurren cuando el hielo no es lo suficientemente grueso, lo que generalmente ocurre en diciembre o enero, cuando los conductores no prestan atención a los caminos marcados.”
Al llegar a la caverna este fotógrafo se topó con un espectáculo mágico e impresionante, por un lado estaba la luz del amanecer y por el otro, cientos de estalactitas y enormes bloques de hielo azul.
Aquí algunas de las impresionantes fotografías que tomó:
¡Qué maravilla!
¿Vale la pena arriesgar la vida por dar a conocer paisajes así? Grachev nos lo responde:
“El Invierno en Baikal es simplemente fantástico, me gustaría decir que a pesar de los peligros la experiencia fue increíble, vale la pena el riesgo”.
¿Ustedes se la hubieran jugado por unas fotos?