Como saben, nos fimos de la mano de Azul Centenario a vivir la experiencia Outside Lands. Ya les contamos cómo nos fue el primer día, y ahora, toca hablarles del segundo pues esto se pone cada vez mejor.

Llegar a la apertura de puertas del Ouside Lands después de la batalla entre Kanye y Arctic Monkeys entrega una sensación extraña: pareciera que nos quedamos toda la noche entre cervezas y amanecimos en un parque fresco sobrevolado por gaviotas entre la niebla. Y es que la niebla fue el elemento principal del sábado de la edición 2014 del Festival.

P1150238

En las noticias habían dicho que iba a clarear y que la temperatura llegaría a los veinticinco grados. Pero nada. La niebla se quedó, el viento estuvo presente todo el día y en consecuencia lo más solicitado fueron BaconLand (ahí donde sólo se sirve tocino pero en mil modalidades) y los baños. Ya saben que la vejiga trabaja en presión extra con temperaturas bajas.

Lo demás, sin embargo, estuvo muy a la altura. En Lands Field el día se inauguró con Dum Dum Girls y un paseo lánguido entre las cuerdas de sus guitarras. Las chicas sonaban inspiradas, peligrosas y se veían super sexys entre las nubes de niebla. Escenario palpitante, como cuando a uno le retumba la cabeza al despertar un poco antes de lo planeado, pero también como cuando el corazoncito detecta desde esas horas que al ponerse el sol el palpitar tranquilo      acompañado por los acordes de estas chicas alcanzará un blues rasposo y finísimo con el cierre de Tom Petty en el mismo escenario.

P1150229P1150217P1150212

Hubo éxitos, hubo pocas sorpresas, pero las chicas de Dee Dee Penny repasaron todo lo que pudiera sonar a terciopelo y lo acomodaron para que la gente fuera llegando.

Así como el viernes se dejó sentir un mini rave en el Twin Peaks, este sábado, el escenario Sutro, al lado del Lands Ends, parecía rendir homenaje a las raíces más profundas del rock americano. Ahí todo comenzó con Valerie June y su lentísimo y casi desnudo blue grass, voz aguda estilo Dolly Parton y bajo y batería redondeando la fórmula. Varias guitarras, varios pedales, canciones delgadas y coloridas, un gran paseo por las venas del rock americano que tuvo mucha más respuesta del público cuando los banjos de June aparecieron y sonaron apenas destacando, tímidos pero contundentes.

Ese blue grass mezclado con soul y la voz de June (que a veces rugía en los coros de sus canciones), dejaron todo listo para que más tarde ahí mismo apareciera Deer Trick y su enfermiza mezcla de rock duro, punk y folk del bueno. Amplificadores vintage, barbas al aire y guitarrazo puro que también volteaba a esas raíces que apenas unas horas antes había desenterrado Valerie June.

P1150207P1150208P1150228

A pesar de lo rabioso de las canciones de Deer Tick la entrega fue cálida y muy cercana, y ese coranzoncito que palpitaba con Dum Dum Girls se aceleraba un poco más. Quizá era el frío, quizá era la vena blue grass, quizá era el sonido festivo de la mezcla de la música de los chicos de Rhode Island, pero se hizo de forma espontánea lo que la noche anterior Kanye había tenido que pedirle a la gente: círculos de fiesta mitad mosh pit, mitad culebra de boda y algunos toques de slam.

Por supuesto conforme los riffs se violentaban (a Deer Tick le gusta sonar MUY fuerte) la cerveza comenzaba a circular poniendo a sufrir todavía más a la vejiga.

Ni moverse. Cuando Tick terminó su sesión era cosa de ir por algo de tocino y regresar a ver al John Butler Trio. Carretadas de gente se acomodaban en ese escenario para ver a los australianos moldear partes de jazz y de folk para complementar el menú del Sutro.

P1150222P1150225P1150233

Curioso que justo en ese momento se diera una separación generacional en el Outside Lands. Ahí en el Sutro estaban los tíos buena onda de los chavos que al mismo tiempo practicaban el twerking con Big Freedia en el mini escenario Panhandle.

Aquí, con los tíos, el banjo en solos eternos hacía que los ojos se entornaran y las piernas se estiraran. Se trataba del mismo escenario que el día anterior habían tapizado de voces Warpaint y después habían desbaratado los Grouplove, pero hoy se notaba que desde ahí se calentaban los motores para un blues más robusto en la noche. John Butler Trio dejaba que el folk se escurriera en nuestros oídos, haciendo notar que aunque es considerada música antigua, de ahí salen los sonidos que luego se consideran rebeldes.

Tocada de primera y casa llena antes de echarle un ojo a los niños que bailoteaban en el Panhandle.

P1150202P1150236P1150239

Big Freedia estaba en una lista que ha circulado aquí toda la semana y que se titula “10 números que hay que ver en Outside Lands y que no son Kanye”. Se trata de un MC, su dj oloroso a Sound System de Jamaica y un grupo de bailarines, todo al estilo hip hop neoyorkino pero en realidad son de Nueva Orleans y surfean muy profundo en sus sonidos. Si alguien hiciera alguna vez una mezcla afortunada de reggae, techno y hip hop atascadísimo y muy primitivo, esos serían sin duda Big Freedia.

Los “niños” saltaban como locos con ese sonido sobrecargado de bajos y voces apagadas con toda la intención del mundo, como metidas en cuarto plano para sonar fantasmales en medio de la fiesta que no es punchis punchis sino techno del bueno engordado con música negra de Louisiana. La respuesta, repito, fue un twerking multitudinario que haría caer en depresión a Miley Cirus. Su grito de guerra lo dice todo “Are You Affraid? ‘Cause We ain’t Finished Yet”. Brutal.

Del otro lado Haim y Death Cab for Cutie habían sobrevivido el secuestro que de su público había hecho Big Freedia pero sí que sufrieron cuando Duck Sauce, después de la lluvia de fresismo alocado de Capital Cities, comenzara su dj set en el Twin Peaks.

De nuevo, manos al aire, círculos de fiesta, genta saltando por todos lados y el dj set que iba de Yeah Yeah Yeahs a Nirvana a lo más oscuro del techno de baile. ¿Qué pasaría si en una misma noche nos toca en la fiesta Duck Sauce y después los Wookies (o al revés)? Outside Lands de entrada explotó con A-Trak subiendo la temperatura lo suficiente como para hacer que algunas camisas volaran por los aires.

P1150243P1150230P1150219

Antes de Tom Petty ahí se daba un buen cierre a lo que a medio día Jagwar Ma había comenzado: un revolcón en el ácido de los noventa que en vivo suena todavía más a Madchester. Lo mejor, teniéndolos enfrente uno se da cuenta que Jagwar Ma es mucho más de lo que suena en la radio, que son todavía más bailables y, mejor aun, mucho más rabiosos.

Gabriel Winterfiel, Jono Ma y Jack Freeman son en parte responsables y en parte producto de la vuelta de los noventa, pero eso nunca había sonado tan divertido como este medio día en el Outside Lands.

Si antes imaginaba un mano a mano entre Wookies y Duck Sauce, mientras Jagwar Ma le metía a la fiesta era inevitable verlos abriendo una fiesta de los Chemical Brothers.

Luego, el remate y el corazón al 100%, ahora sí. Pocas veces se ve a un público tan respetuoso con un artista. Algo similar lo había visto en un concierto de Willie Nelson (que hoy bien podría haber tocado en el escenario Sutro) pero lo de hoy en el Outside Lands al aparecer Tom Petty fue fuera de serie.

Aplausos apenas pisó el escenario, campo lleno, melenas lacias que revoloteaban con el aire ya un poco más apaciguado, y las palmas que llevaban el ritmo de ese blues de desierto de Petty, tan americano y tan de todo el mundo. Conmueve, la verdad.

Ojos atentos, voces que coreaban, oídos puestos en los cambios de guitarra de Petty y los Heartbreakers. A veces una acústica casi clásica (se nota que se las hacen a la medida), otras una rugidora eléctrica que encendía las notas de Mary Jane’s Last Dance; después retos a la armónica, versiones de los Traveling Wilburys y un pequeño tributo a Jerry Garcia que justo hoy, sábado 9 de agosto, cumplía años de haber fallecido. Sobra decir lo importante que resulta Garcia para la cultura popular de San Francisco y lo agradecido que quedó el público con Tom Petty al haberlo recordado con la casa llena.

P1150245P1150246P1150215P1150210

Petty se veía muy emocionado en el escenario. A lo lejos, las luces del Twin Peaks dejaban ver la fiesta de Macklemore & Ryan Lewis, pero aquí, era ese blues tocado de pop lo que arrullaba los tímpanos de las dos generaciones que se habían separado en la tarde pero que ahora se columpiaban juntas.

“Siento vibraciones cósmicas corriendo por el parque” dijo Tom Petty, “es muy bueno estar aquí en San Francisco, the big pot, you know” . Y arrancó una sesión de dos horas que pasó por donde ya he dicho, rebanó varios clásicos (quizá Free Falling fue la más coreada por más gente) y se dejó consentir por un público que le sabía todo y que estaba ahí para rendirle pleitescía. Fue, repito, fuera de este mundo.

Para mañana los noticieros y los periódicos de San Francisco anuncian una Super Luna por ahí de las 7 de la tarde. ¿Quién toca a esa hora? Flaming Lips, los amos del ácido músical. Y si algo le gusta a esta ciudad y se deja sentir en el Outside Lands, es el ácido musical.

Ahí estaremos.

 

Todo lo que no sabías que necesitas saber lo encuentras en Sopitas.com

Fundé Sopitas como hobby y terminó siendo el trabajo de mis sueños. Emprendedor, amante de la música, los deportes, la comida y tecnología. También comparto rolas, noticias y chisma en programas...

Comentarios

Comenta con tu cuenta de Facebook