Como niño chiquito. Así tienen que “cuidar” a Julian Assange, fundador de WikiLeaks en la Embajada de Ecuador en Londres. Como el activista australiano —con nacionalidad ecuatoriana— nomás no se comportaba, el país sudamericano tuvo que ponerle reglas estrictas a ver si recompone el camino. Si no funciona, le van a quitar hasta su mascota.

En un mensaje de nueve páginas que se filtró a la prensa ecuatoriana, la Embajada le prohibe explícitamente a Assange “interferir con los asuntos internos de otros países”. A eso, agréguenle que le pusieron una cláusula que le impide participar en cualquier actividad “que perjudique las relaciones de Ecuador”.

Hasta ahi eran medidas que podrían considerarse normales, conociendo el récord reciente de Assange. Incluso, en marzo de este año tuvieron que desconectarle el internet por andar metiendo su cuchara en todos lados. Sin embargo, las otras peticiones del gobierno ecuatoriano dan a entender que ya se están cansando de su controvertido inquilino.

Le piden específicamente que cuide a su gato y que lo alimente como debe ser. Si no lo logra, ya amenazaron que se lo van a confiscar y se lo van a llevar a un refugio de animales.

Para mantener su estancia en la Embajada, el señor Assange tendrá que limpiar su cuarto y mantener su baño en condiciones aceptables. Además, las autoridades ecuatorianas le exigen que sea él quien pague por los servicios de lavandería y que, por favor, contacte a un doctor. Obvio, el dinero de la consulta saldrá de la bolsa de Julian Assange.

Cansados de mantenerlo, también le están imponiendo nuevas reglas para los aparatos de comunicación que traigan sus visitantes. Si no las cumplen, le llamarán a las autoridades británicas por considerarlos “una amenaza”. Es más, él solo podrá conectar a internet su teléfono y computadora. Ni un dispositivo más.

“Es virtualmente un régimen de prisión”, le decía el abogado de Assange a The Guardian. “Este nuevo sistema va en contra de la más básica dignidad humana”, contaba mientras aseguraba que no se habían molestado ni en traducirle al inglés el ultimátum.

Si decide no cuidar a su gato o tener su cuarto con el desorden de un nini adolescente, la otra opción que le queda a Julian Assange es salir de la Embajada y arriesgarse a ser detenido y extraditado a Suecia por una serie acusaciones de violación.

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