¿Les pusieron reguetón?, ¿los atascaron con 20 horas de trova de Silvio Rodríguez? o, peor aún, ¿los hicieron escuchar un disco completo del Miami Sound Machine? Pues quién sabe a qué graves daños al oído sometieron los cubanos a diplomáticos estadounidenses, pero el caso es que el gobierno de Donald Trump está poniendo cualquier excusa analizando muy seriamente el cierre de su representación en la tierra de los Castro.

Durante entrevista para la CBS, el secretario de Estado de los gringos, Rex Tillerson, señaló que 21 de sus funcionarios fueron afectados por el mentado “ataque acústico”. De ahí que se esté evaluando el cierre definitivo de la embajada estadounidense en Cuba y que algunas de las víctimas de la agresión hayan tenido que ser repatriados. “Se trata de un asunto muy serio”, advirtió el buen Tillerson, quizá previendo la cábula que desataría el supuesto y muy especial ataque contra la embajada de los Estados Unidos en Cuba.

Y, para que no digan que se trata de una tonta excusa que la administración de Trump está poniendo para acabar vínculos diplomáticos fortalecidos por Barack Obama (recordemos que Trump se encargó de tumbar algunos acuerdos entre ambos países, logrados por Obama), Tillerson señaló que el “ataque auditivo” podría haberse dado en 2016, ya que en ese año (todavía con Obama al mando) varios funcionarios de la isla manifestaron “problemas físicos” ocasionados por un supuesto “ataque a su salud”.

Al parecer Trump abordará el tema esta semana durante la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), en donde tomará el micrófono. Aunque no será un tema prioritario, ya que se presume que lo central a tratar es la elevación de las sanciones en contra del gobierno de Corea del Norte por su negativa a cesar con su proyecto nuclear… Siguiendo con el tema de Cuba, aunque la isla cuenta con representación en la ONU, es poco probable que el mandatario gringo se reúna con ésta durante su viaje a Nueva York, ciudad en la que Naciones Unidas tiene su sede.

De acuerdo con La Jornada, las víctimas de “ataque acústico” presentaron desde pérdida auditiva hasta conmoción cerebral. Unos más sólo resultaron con náuseas, fuertes dolores de cabeza y zumbidos graves. Otros señalaron tener dificultades para concentrarse o para recordar hechos recientes. Los afectados no pudieron señalar bien en qué consistió el ataque cubano, ya que mientras que unos dijeron sentir vibraciones o sonidos sólo perceptibles en algunas partes de la embajada, otros dijeron no haber escuchado nada. Simplemente comenzaron a desarrollar síntomas.

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