La Ayudantía de AMLO es uno de esos puestos en el gobierno que terminan medio confusos. No es el reemplazo del Estado Mayor, ni es una empresa de seguridad privada. Se trata de un grupo de jóvenes —funcionarios, pagados con presupuesto público— que acompañan al presidente y en el camino, garantizan que este a salvo o cuidan de sus necesidades.
Sin embargo, en los últimos meses también ha servido de agencia de colocación o de trampolín, para brincar a puestazos gubernamentales.
La Ayudantía de AMLO, según una investigación hecha por Forbes, cuesta un poco más de 1 millón de pesos mensuales, pero para su personal, sin mucha experiencia pública, ni específica, termina siendo más valiosa.
Muchos de estos jóvenes —que siempre son un grupo cercano a 15 elementos—, después de su cercanía con el presidente, han brincado a puestos de todos colores y sabores en el gobierno federal. Algunos han terminado en puestos petroleros de Pemex, otros ambientales, algunos saltaron al SAT y recientemente, una más, tiene puestazo en la SEP.
Este es el recuento de algunos de los jóvenes ayudantes de AMLO que aprovecharon la agencia de colocación… digo, su trabajo con AMLO.
Los ‘brincos’ en la Ayudantía de AMLO
Uno de los casos más recientes y conocidos es el de Pamela López Ruiz, una joven arquitecta que, sin mucha experiencia en el ramo, se convirtió en encargada de uno de los programas más importantes de la SEP llamado “La Escuela es Nuestra”.
López Ruiz maneja una bolsa de 12 mil millones de pesos anuales que se destina al mejoramiento de las escuelas mexicanas.
También es muy famoso el caso de Ángel Carrizales, un funcionario de la cuatroté que terminó metido con calzador en puestos gubernamentales.
Carrizales fue bateado dos veces de la Comisión Reguladora de Energía (CRE), también los cepillaron como conejero en PEMEX en dos ocasiones más, igual le negaron un lugar en la Comisión Nacional de Hidrocarburos (CNH) y ahorita, finalmente está al frente de la Agencia de Seguridad, Energía y Ambiente (ASEA).
Igual vale la pena echarle un ojo a Paloma Rachel Aguilar y su paso de la Ayudantía de AMLO a un puestazo en el SAT.
Aguilar es abogada y ahora se desempeña como administradora general de Recursos y Servicios en el SAT donde percibe un ingreso superior a los 100 mil pesos. En el camino, por cierto, la han acusado de meter a familiares, amigos y otras personas cercanas a puestos en su organización.
Por ahí en el SAT, igualmente, está Javier Portugal Dorantes, un antiguo ayudante presidencial que ahora está a cargo de Servicios al Contribuyente.
Entre los otros casos famosos o relevantes está Diego Hernández que ha tenido bastantes brincos gubernamentales. Después de la Ayudantía de AMLO pasó a coordinar las Becas Elisa Acuña en la SEP y dejó ese puesto para regresar a Morena donde lleva la comunicación y la propaganda partidista.
El diario Reforma también ha revelado el caso de Arlette Silva que lleva los pagos en PEMEX o José Antonio Zamora que tiene puestos en Conagua.
¿Y qué dice AMLO al respecto?
El presidente, cuando ha sido cuestionado sobre estos numerosos —pero de veras numerosos— casos de funcionarios que brincaron de la Ayudantía a algún puestazo gubernamental, ha salido en defensa de los jóvenes.
“¿Cómo no le voy a dar la oportunidad si es una mujer íntegra, honesta? ¿Qué quieren los del Reforma?, ¿que yo ponga a un familiar de Carlos Salinas de Gortari? Todos ellos, y lo vamos a seguir haciendo, vamos a seguir llevando a cabo cambios para renovar el equipo con gente joven y con esas características”, ironizó en junio pasado el presidente.
También, al respecto, es cuando se aventó aquella famosa frase de 90% honestidad y 10% experiencia.