El Secretario de Defensa de Gran Bretaña, Michael Fallon, admitió que bombas de racimo (cluster bombs) de manufactura británica han sido utilizadas por las fuerzas de Arabia Saudita en el conflicto armado que sostienen con Yemen. De acuerdo con la versión gubernamental, el armamento fue producido en el Reino Unido durante los ochenta y ahora es utilizado por la coalición saudí en la guerra civil yemenita.

¿Esto qué significa?

Debido al tremendo riesgo que las bombas de racimo significan para los civiles, esta arma fue prohibida en 2010 gracias a un acuerdo internacional firmado por los británicos. El tratado prohibe su uso, almacenamiento, producción y transferencia del armamento. Las autoridades de Gran Bretaña justificaron la utilización del mortal dispositivo afirmando que ellos se adscribieron al convenio desde 2008 y que no han suministrado esta arma a Arabia Saudita desde 1989.

La coalición árabe aceptó el uso de las bombas, aunque aseguraron que su uso era “limitado” y que las utilizaban sólo contra objetivos militares “legítimos”, además de afirmar que ya no utilizarían las municiones BL-755. Esta información contrasta con los ataques registrados: en Yemen se utilizaron este tipo de bombas por lo menos 20 veces entre abril de 2015 y febrero de 2016. Varios de los bombardeos fueron contra viviendas, mercados, escuelas y hospitales.

El tratado que prohibe la bombas de racimo fue firmado por 119 países, aunque entre éstos no se encuentran Estados Unidos, Rusia… ni Arabia Saudita. De acuerdo con la organización Cluster Munitions Monitor, 97% de las bajas mundiales provocadas por las bombas de racimo son civiles; principalmente por el uso de estas armas por parte del gobierno de Siria, encabezado por Bashar al-Assad y la coalición árabe, apoyada por Estados Unidos, en Yemen.

En los últimos años, el gobierno estadounidense le ha vendido cientos de millones de dólares en armamento a Arabia Saudita: en 2010 vendió mil 300 bombas por un monto de 30 billones de los verdes, mientras que en 2011 vendió otros 400 dispositivos por 355 millones de dólares.  El Pentágono considera la operación como una manera de “mejorar la seguridad de un socio importante que ha sido y sigue siendo una fuerza importante para la estabilidad y progreso económico de Medio Oriente”.

¿Y qué es una bomba de racimo?

Una bomba de racimo es un arma que contiene múltiples submuniciones explosivas. Pueden ser arrojadas desde una aeronave o ser disparadas desde el suelo o el mar. Una vez en el aire, se abren para soltar decenas o cientos de proyectiles cuyo daño puede abarcar el área de varios campos de futbol (¿Se acuerdan de la primera de Iron Man?). Cualquier persona que esté dentro de la zona atacada tiene una gran probabilidad de ser asesinado o resultar seriamente herido.

El fusible de cada submunición generalmente se activa durante la caída para que explote sobre o en el suelo, aunque una gran cantidad de proyectiles fallan en su funcionamiento y aterrizan sin explotar, quedando en el piso como una amenaza latente.  De acuerdo con la organización Human Rights Watch, las bombas de racimo suponen una amenaza post-conflicto, ya que dejan remanentes que a la postre pueden convertirse en minas.

FOTOS: GETTY IMAGES

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