Seguro ya sabrás sobre el pleito (OTRA VEZ POR TWITTER) de Donald Trump arremetiendo contra Kim Jong-un luego de su ridículo y absurdo peculiar discurso de fin de año.

Resulta que el norcoreano dejó en claro que “tenía con queso las gorditas” y en su sermón aseguró tener “el botón nuclear de siempre sobre su escritorio”, esto obviamente como una clara advertencia a Estados Unidos, con quien desde el año pasado ha tenido roces cada vez más preocupantes.

Como era de esperarse, el señor con el bronceado más naranja (o sea Trump) no dudó ni tantito en responderle a través de un tweet:

“Alguien de su agotado y hambriento régimen puede por favor informarle que también tengo un Botón Nuclear, pero es más grande y más poderoso que el suyo, ¡y el mío funciona!”

Así, Estados Unidos y Corea del Norte comenzaron una batalla de egos (esperemos que solo eso), pero nosotros nos preguntamos ¿realmente existen sus botones nucleares?

De acuerdo a Russell Goldman, del New York times, no existe tal botón (al menos en el escritorio de Trump), pero sí existe un balón… que en realidad es un maletín.

A donde sea que vaya, el maletín, que es protegido por uno de los militares de las fuerzas armadas, siempre acompaña al presidente.

Dentro de este equipaje hay una especie de guía que describe cómo llevar a cabo un ataque de cualquiera de las 900 armas nucleares (OMG!) con las que cuenta el país y además incluye una lista de locaciones que pueden ser blanco así como una radio y autenticadores de código. Baia baia.

Además de todo esto, existe también una “galleta”, que no es más que el código que únicamente tiene el presidente, quien deberá identificarse para poder autorizar un ataque.

Aunque desconocemos si Kim Jong-un posee en realidad un botón, lo cierto es que sí tiene bastantes armas nucleares, mismas con las que no hace muchos meses, comenzó a hacer lanzamientos cerca de Guam (territorio de EUA) y advirtió que sus misiles balísticos son capaces de llegar a todo el continente (ajá, problema para nuestro bello e inocente de toda culpa, México).

El tema parece bastante interesante, pero también muy preocupante. Recemos porque a ninguno de los dos se les ocurra oprimir ningún botón por muy grande o pequeño que éste sea.

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