Los conflictos en zonas como Gaza, Irak o Siria nos permiten adivinar que la tasa de mortalidad de niños en el mundo debido a la violencia es bastante alta. En efecto, a nivel global, la violencia mata a un niño cada 5 minutos. No obstante, un estudio reciente del Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) reveló que de estas muertes, sólo una minoría pierde la vida en zonas de guerra.

De las 345 muertes violentas de niños que tienen lugar diariamente, el 75% ocurre en zonas de “paz”. Para Susan Bissell, directora global de protección a los niños de Unicef, esto revela “el hecho de que los niños experimentan violencia extrema en la vida cotidiana, en todas partes”.

“Lo que es impactante es que nos hemos enfocado mucho, y de manera importante durante dos o tres décadas, sobre la mortalidad infantil por enfermedades prevenibles, y lo que este reporte dice es que necesitamos pensar sobre la mortalidad infantil por todas las causas”.

En Brasil el número de niños que mueren por enfermedades prevenibles se ha reducido mucho en los últimos 15 años, pero 15 mil niños y adolescentes han muerto en el mismo espacio de tiempo a causa de la violencia en el país.

“Si escarbas debajo de la superficie, las estadísticas alrededor de cosas como la violencia sexual, la disciplina violenta en el hogar y la escuela, todas esas cosas dificultan que los niños se desarrollen” dijo por su parte Leah Kreitzman, directora de campañas y derechos para Unicef en Reino Unido.

La violencia contra los menores registra una tasa muy baja de denuncia y este es uno de los principales problemas. Se calcula que en Kenia, 1 de cada 3 niñas y 1 de cada 6 niños experimentan violencia sexual, pero sólo el 1% de los casos son denunciados.

Pese a que los niños muertos por violencia en zonas de guerra son apenas el 25%, también es cierto que esas zonas, la tasa es proporcionalmente más alta que en la mayoría de los países que no tienen un conflicto armado.

Según la Unicef, la educación es uno de los principales antídotos contra este mal. En el Congo, los grupos guerrilleros prefieren reclutar menores en comunidades sin escuela. Este patrón se repite en todo el mundo.

Grupos armados han atacado escuelas y centros de estudio en al menos 70 países en los últimos 70 años.

“El intento de asesinato de Malala Yousafzai (en Pakistán) y el secuestro de 276 niñas nigerianas por (militantes de) Boko Haram, han finalmente alertado al mundo sobre la lucha que los niños enfrentan con aquellos que matan para evitar que reciban una educación” concluye el estudio de Unicef.

@plumasatomicas

Vía: La Jornada

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