Los relatos son estremecedores: “En Honduras tememos dos opciones: morir de hambre o morir asesinados por las maras. No hay trabajo, no hay educación, no hay alimentos. Por eso, nuestra única opción fue unirnos a la caravana migrante y tratar de encontrar un mejor futuro”. Esa, es la explicación que dan los integrantes de la Caravana Migrante que arribó ayer a nuestro país.
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Pero mientras los gobiernos se reparten culpas, amenazas, trámites y planes emergentes, la realidad de miles de personas es mucho más preocupante de lo que cualquiera pudiera imaginar, pues pareciera que el calvario para la Caravana Migrante no ha sido caminar 710 kilómetros, sino sortear la violencia, abusos y hostilidad que algunos mexicanos expresan particularmente hacia los hondureños.
De acuerdo con el informe “Migración en Tránsito por México: Rostro de una Crisis Humanitaria Internacional”, el estado de Chiapas, es el que registra mayor indice de violencia contra los migrantes y tan sólo en el 2015, más de 2 mil hondureños, señalaron haber sido víctimas de un delito en el estado mexicano.
Para el 2016, la cosa empeoró y la Red de Documentación de las Organizaciones Defensoras de los migrantes, encuestó a 34 mil 234, personas, de las cuales, cinco mil 239 declararon haber sido víctimas o testigos de la comisión de algún delito o violación a los derechos humanos en su transito en los estados de Chiapas, Veracruz y Oaxaca.
Por su parte, el Instituto Nacional de Migración reportó que entre el 2012 y el 2017, se registraron casi 3 mil denuncias por violencia, en las que 4 de cada diez, eran por secuestro y el 52 % delitos cometidos contra migrantes en México, son cometidos a hondureños.
Y tal vez, hoy hablamos de la caravana de migrantes hondureños, cuando en realidad, deberíamos de hablar de una gran crisis humanitaria, en la que México no sólo es víctima, sino también es un gran complice de la tragedia .
Estas son diez imágenes que retratan la angustia y desesperación que vive la Caravana Migrante.
