¿Ratas muertas y fetos ingenieros en las cajetillas? ¿Letreros de no fumar? ¿Zonas especiales y alejadas? No, una diputada del PAN no se anda con rodeos y presentó una nueva iniciativa para prohibir el consumo de cigarro cerca de escuelas, hospitales y bibliotecas: cárcel de 36 horas y una multa que puede alcanzar los 8 mil pesos.

En su búsqueda de proteger la salud de los niños —y de los fumadores pasivos que ni vela en el entierro—, la legisladora panista, América Rangel, planteó que ya no se pueda fumar en ninguna de las entradas y a menos de 150 metros a la redonda de cualquiera de estos edificios. Si no lo cumplen, la iniciativa plantea que los metan al bote durante 36 horas y que tengan que pagar una multa de hasta 8 mil 500 pesos. Ouch. 

Antes de que les de un ataque de tos de los nervios, esta medida se enfoca en procurar la salud de los menores de 6 años quienes, por su corta edad, corren más riesgo de padecer enfermedades respiratorias. “Los derechos de los niños se ven amenazados cuando estos pasan demasiado tiempo expuestos al humo de tabaco ajeno en el hogar o en lugares públicos”, dijo.

De acuerdo a Milenio, si llegara a ser aprobada, la ley prohibirá que los fumadores enciendan un tabique en hospitales, clínicas, centros de salud, consultorios, centros de atención médica públicos, sociales o privados, salas de espera, auditorios, bibliotecas, y escuelas de educación inicial, básica, media superior y superior.

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