Este año los casos de influenza y las muertes por causa del virus han aumentado (de hecho se han duplicado) con respecto al año pasado, lo cual nos puede llevar a creer que la población podría no estar tomando las medidas que usualmente utilizaban cuando la enfermedad del tipo AH1N1 atacó la capital del país y hubo una emergencia sanitaria grave.
El Informe Semanal de Vigilancia Epidemiológica de la Secretaría de Salud revela que se han reportado en México, hasta el 18 de diciembre del 2014, 8 mil 347 casos confirmados de influenza y 833 decesos. Esto es 2.2 veces más que los 3 mil 702 reportes y 177 muertes del año pasado.
Y es que todavía hay pacientes que, en vez de acudir a su clínica o centro de salud, se automedican sin considerar los riesgos que esto implica.
El director de la Clínica Universitaria de Atención Primaria de la Universidad del Valle de México, José de Jesús Pérez, expresó:
«Pareciera que se regresó a actitudes que se tenían antes de la pandemia»
Así es, los mexicanos olvidamos lo mal que nos fue en la pandemia, y lo que era que todo el mundo estuviera temiendo por su vida, así que están repitiendo conductas que ya se habían quitado a la mala (esto me recuerda depresivamente a la política en el país).
De los 8 mil 347 casos confirmados de influenza, mil 388 son del tipo AH1N1, mientras que 735 muertes han sido por causa de este mismo virus.
Este año, el virus con mayor circulación ha sido el AH1N1, le sigue el AH3N2 y después el tipo B.
En lo que va del año los que más se han enfermado son las personas de entre 40 y 44 años, seguidos de las personas de entre 30 y 34 y las mayores de 65 años.
La entidad con más casos ha sido el DF, después Jalisco, el Estado de México, Hidalgo, Baja California, Michoacán, Zacatecas, Querétaro, Aguascalientes, Chihuahua, Tlaxcala, Guanajuato y San Luis Potosí.
Así que, a pesar de que la población cuenta con mayor información que antes, no han tomado precauciones para no contagiarse de este virus.
A pesar de que ya se cuenta con una vacuna, desarrollada en 2009, la OMS señala que la influenza es un problema grave de salud pública ya que puede ser hasta causa de muerte.
Esta epidemia genera en todo el mundo anualmente, de 3 a 5 millones de casos de gravedad y de 250 mil a 500 mil muertes al año.
¿Cómo evitar contagiarse?
Según datos oficiales, la influenza se transmite a través de saliva infectada que expulsan los enfermos al toser o estornudar, de modo que todas las personas son susceptibles de enfermarse.
Para evitar contagios, recuerden, antes que nada, prevenirse y vacunarse contra la influenza (si lo hacen desde que empieza la temporada de influenza, que inicia en octubre, será más difícil que se contagien).
Además de vacunarse antes de que se contagien, también es bueno que se laven las manos con regularidad y que si usan un baño público agarren las llaves del agua y la puerta con una toalla de papel. También se recomienda utilizar el desinfectante de manos a base de alcohol.
Eviten fumar, el cigarro nos hace más propensos para enfermarnos.
Mantengan distancia. Ok en el metro es muy muy difícil, pero es bueno hacerlo en esta época.
Estornuden en un pañuelo y tírenlo (en el bote de basura, por favor). Si no tienen, háganlo en la parte interna del codo (sangradura). No lo hagan en sus manos porque si están enfermos todo lo que toquen tendrá su saliva y si están sanos todo lo que toquen se lo llevaran a la boca y a la nariz.
No escupan en la calle (y menos en el metro).
No compartan alimentos, vasos o cubiertos.
Ventilen y permitan la entrada del sol en la casa, la oficina y todos los lugares cerrados.
No saluden de beso ni de mano (ya sé, a los mexicanos nos cuesta mucho no ser cariñosos, pero en esta época es mejor que te tachen de frío a que todos se enfermen).
Limpien superficies y objetos (como manijas, teléfonos, superficies de la cocina y el baño, etcétera).
Si están enfermos no vayan al trabajo y eviten salir a lugares públicos porque…bueno, podrían contagiar a todos.
Recuerden que si se sienten mal o tienen un cuadro de fiebre alto, es mejor que vayan al médico.
No se automediquen (en serio, no lo hagan).
Si recuperamos los hábitos que ya habíamos adquirido, podemos mantener otra vez a raya a esta enfermedad.
**Vía Excélsior